Una asamblea de afiliados radicales de Rosario autoconvocada para principios de junio propondrá examinar los comportamientos de quienes han sido dirigentes, funcionarios o legisladores de ese partido en los últimos años, especialmente para establecer si han hecho uso desleal de las estructuras y los fondos del Estado en beneficio de sectores internos o personas.
La iniciativa, que pretende convertirse en la primera autocrítica partidaria del país, se fundamenta en la necesidad de "identificar a quienes llevaron al radicalismo a su decadencia moral". La idea de un numeroso grupo de afiliados radicales es formar una comisión de poderes para investigar la situación patrimonial de su dirigencia y la administración que haya hecho de los recursos del partido y del Estado.
El resultado de este accionar prometen hacerlo público, conscientes de que "la transparencia y la valoración social es lo único que puede sanear un partido en el que -sostienen- se han desvirtuado las funciones de sus órganos de control para disimular cualquier inconducta".
Al mismo tiempo proponen resolver la caducidad de todas las afiliaciones partidarias en un plazo perentorio, para eliminar las dobles afiliaciones, afiliaciones no consentidas y la permanencia en los padrones de personas fallecidas o radicadas en otras provincias. Sirve recordar que las dobles afiliaciones fueron más de 40 mil en la última elección.
"Ninguna refundación partidaria sería posible sin recuperar el sentido ético de la militancia y la organicidad de su participación", dirá en uno de sus puntos el documento que están preparando los jóvenes dirigentes radicales.
Sobre la situación partidaria, pondrán el acento en señalar que "es fruto de las acciones y omisiones de quienes participaron en su vida interna durante los últimos años", aunque aclararán que "existen diversos grados de responsabilidad que no pueden pasarse por alto". En otras palabras, reemplazar el "que se vayan todos" que impulsa la calle por el "que se vayan los que merezcan irse".
Este movimiento autoconvocado que se lanzará desde Rosario, invitará después a todos los departamentos de la provincia a tomar una iniciativa similar para confluir en una asamblea provincial.
Ante esto, quedará por ver qué actitud adoptará el oficialismo partidario: si apoyará la cruzada o se encargará de entorpecerla.
Mandatos incumplidos
Quienes impulsan la autocrítica sostienen que hoy la UCR está pagando el mayor costo de la generalizada crisis política. Afirman que esto es así porque el radicalismo ya no tiene un proyecto para la Nación que, yendo más allá de sus postulados tradicionales, permita interpretar la difícil realidad actual y elaborar propuestas para una acción de gobierno. En la práctica, están convencidos de que esto le ha valido la imposibilidad de terminar las dos últimas presidencias.
Sin renovadas propuestas, sin un nuevo rol histórico que le permita proponer otros rumbos ante la crisis, piensan que el radicalismo se limita a enarbolar consignas elementales que, antes de formar opinión, siguen de lejos al pensamiento que encuentra mayor aceptación entre la gente.
Así, por ejemplo, señalan que en el gobierno de Fernando De la Rúa se aceptaron recetas económicas extrañas a la historia radical, y así también hoy dentro del universo radical se asume como propio el discurso de quienes procuran endilgarle la mayor cuota de responsabilidad ante la crisis.
Orgullosos de pertenecer al único partido que ha reconocido públicamente sus errores, sostienen que además debe existir interés en superarse y hacerlo de cara a la sociedad en lugar de proteger hasta donde sea posible a los protagonistas de los desastres económicos y sociales de la historia reciente.
La Ciudad
