Año CXXXV
 Nº 49.483
Rosario,
domingo  19 de
mayo de 2002
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Menem quiere tener a López Murphy a su lado
El riojano insiste con dolarizar y rechaza los bonos

El ex presidente Carlos Menem aseguró ayer que el economista Ricardo López Murphy podría ser parte de su gabinete si triunfa en las elecciones previstas para el 2003. Además, el riojano insistió en la necesidad de avanzar en una dolarización y criticó la vigencia de los bonos provinciales.
Al lanzar su precandidatura presidencial en Resistencia junto a dirigentes del peronismo chaqueño, Menem señaló que López Murphy podría integrar su eventual gabinete. También destacó a otros economistas "muy capaces, como Jorge Avila, Roque Fernández, Pedro Pou, Pablo Rojo y Diego Estévez".
Asimismo, el ex jefe del Estado descartó por el momento la posibilidad de avanzar en una alianza con otros referentes del PJ. "Me siento en condiciones de transitar solo hacia las internas, que se harán este año o a principios de 2003", sostuvo Menem.
En ese sentido, afirmó que "no hay que olvidar que cuando peleé por la candidatura presidencial, en 1988, todos los gobernadores estaban en mi contra y mi adversario era nada menos que el de Buenos Aires".
El ex mandatario advirtió que la dolarización es la "única alternativa" que tiene la Argentina para evitar ingresar en las turbulencias de una hiperinflación.
"El 80 por ciento de nuestra economía está dolarizada. El FMI afirma que cuando un país tiene más del 30% de su economía en moneda estadounidense ya se lo puede considerar dolarizado", resaltó Menem.
El único freno a la escalada de precios, manifestó, es "poner en circulación" el dólar, lo que "se puede lograr mediante una muy fuerte alianza estratégica con Estados Unidos".
Lo cierto es que el ex presidente también exhortó a eliminar los papeles provinciales, como el Patacón, porque "no puede ser que el 10 de diciembre pasado teníamos una moneda a la par del dólar y ahora hayamos creado más de 20 bonos distintos para beneficiar a los poderosos y perjudicar a los humildes".
El titular del justicialismo aseguró que "ya no hay que hablar de crisis sino de depresión", y adjudicó la responsabilidad de la debacle financiera a "ese invento de algunos medios que fue la Alianza, que prometió el oro y el moro y terminó en un desastre".

La tan mentada reforma política
Menem reiteró, además, su propuesta de avanzar en una reforma del Estado que incluya una sensible reducción del gasto político y una rediagramación del territorio nacional con novedades como la división de la provincia de Buenos Aires.
En concreto, impulsó una regionalización en la cual las provincias se conformen en seis grandes grupos, lo que contempla "la división en dos de Buenos Aires para abaratar el costo político".
Por último, volvió a señalar que hay que "eliminar la figura del vicepresidente, que, como decía (Domingo Faustino) Sarmiento, sólo sirve para tocar la campanilla en la Cámara alta, y el tercer senador" por provincia.
Sin embargo, admitió que en las próximas elecciones llevará un compañero de fórmula, al que todavía no designará porque "esta vez, si lo tengo que elegir, espero acertar", un dardo cargado de ironía lanzado contra sus anteriores coequipers, Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf.



"Ya no hay que hablar de crisis sino de depresión".
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