Para Casaretto, se deben ir muchos dirigentes

Monseñor Jorge Casaretto, uno de los delegados episcopales para el Diálogo Argentino, aseguró que "una buena cantidad de los dirigentes tiene que borrarse definitivamente del quehacer de la política argentina".
Además, advirtió que la clave de la crisis del país, o su "mayor enfermedad", es el "poderío de los sectores", por lo que instó a "desenmascarar" a quienes tratan de "disfrazar el interés sectorial de bien común, que es muy frecuente".
En el marco de la conferencia "El diálogo como base de la democracia", que organizó la Asociación para la Reflexión Estratégica Argentina (Area) juntamente con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), el prelado calificó de "inédito" el plan social que responde al derecho de inclusión social que, a razón de 150 lecop por jefe de hogar, comenzó a pagarse ayer.
Casaretto reconoció que, luego de las conversaciones con los distintos actores sociales, lo que "primero me impresionó fue la gran dispersión de los argentinos, el individualismo tan profundo y una fragmentación tan fuerte de la sociedad". Luego subrayó que la clave de todos los problemas argentinos son "los muy poderosos intereses sectoriales, que están puestos por encima del bien común".
Tras manifestar su "absoluto convencido de que la solución argentina es política", por lo que apuesta a una reforma acompañada de conversión personal de la dirigencia, señaló: "Tenemos que seguir apestillando a los políticos para que se conviertan y lograr que una gran cantidad se vayan, de eso no me cabe la más mínima duda", sentenció.
En este sentido, recordó que la Mesa del Diálogo elaboró "un proyecto de reforma, no solamente política, sino un proyecto de país", que, entre otros puntos, auspicia el recambio de todos los cargos en una futura elección, desde gobernadores a legisladores, pasando por intendentes y concejales.