| | cartas Un modelo sin cambios
| Todos criticaban el "modelo" cuya desgastada maquinaria hacía un ruido al andar, que tenía molesto a más de un quisquilloso. ¡El ruido ese ya me tiene patilludo, no me deja dormir!, dijo un molesto. ¡Pongámosle aceite devaluatorio!, dijo un comedido. Y en ese caos de opiniones encontradas, donde "doctores en leyes", y donde hasta los "pacientes" querían explicarle al cirujano como debía operarlos, se pusieron todos haciéndose los mecánicos a tirar cada cuál de un engranaje y a meter "palos en la rueda", mientras no faltaban los exaltados que golpeaban la maquinaria, ponían petardos y quemaban gomas. Resultado de todo esto fue que un día la maquinaria dejó de funcionar, y ya no hizo más ruidos. Cuando se dieron cuenta de lo que significaba, todos -hasta los que criticaban- lloraron acongojados, pero ya no hubo más remedio: el modelo junto con el país se detuvo para siempre. Moraleja: antes de destruir un modelo ya gastado hay que tener otro listo. Juan Araya
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