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Un bar discrimina por el pelo largo

El siguiente relato pretende difundir un hecho desagradable que nos tocó vivir hace dos semanas. Decidimos hacerlo público para alertar a otros y para que los responsables se tomen unos minutos y reflexionen sobre sus actitudes. Sábado a la noche. Güemes y Oroño. Un bar de "moda". Como tantas otras veces ingresamos varios amigos (siete en total), de entre 25 y 32 años, para pasar "un buen momento". Después de entrar -vale destacar que pagamos para hacerlo-, nos sentamos tranquilamente a charlar y tomar algo. Hasta allí nada extraño. Sorpresivamente se arrima el chico de la puerta, el mismo que un rato antes nos había permitido el ingreso, y dirigiéndose a uno de nosotros le indica que debe retirarse por orden del dueño. Ante la rareza del pedido se le preguntó cuál era el motivo. El portero fue contundente: "Te tenés que ir porque tenés el pelo largo". Nuestro amigo, que se comportó como un verdadero caballero a pesar de lo violento de la situación, pidió más explicaciones, pero la única respuesta fue: "Si no te saco, me metés en problemas". Así fue como en medio del desconcierto y las miradas decidimos retirarnos sin más, simplemente para evitar que el mal momento fuera aún más desagradable para todos. Lo que sentimos es que hay personas que porque están al frente de un negocio que funciona y al que todos "quieren ir" toman decisiones y accionan con argumentos de épocas nefastas que la mayoría de los argentinos no olvidamos y por supuesto, repudiamos. Que hay gente que se arroga el derecho de arruinarles la noche a otros porque tuvo un mal día o porque, vaya uno a saber por qué, necesita tener un minuto de mediocre poder, sin darse cuenta de que su boliche, de ser el más exitoso, puede transformarse en la "capital" de la discriminación. Porque queremos que esto no quede sólo en nuestro recuerdo y para que otros tantos se animen a denunciar las injusticias, que desgraciadamente, en nuestro país se multiplican.
DNI 23.317.457 y 20.598.645