Año CXXXV
 Nº 49.483
Rosario,
domingo  19 de
mayo de 2002
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Cargar pasajeros en las esquinas estratégicas es, para muchos, imposible
Una presunta mafia de taxistas controla las paradas más rentables
Trabajan más de 3.000 autos, la mayoría conducidos por peones que ganan unos 20 pesos diarios

Diego Veiga / La Capital

Cerca de una decena de las paradas de taxis más rentables de Rosario está controlada por cerrados grupos de choferes. Si bien ninguno se atreve a denunciarlo a viva voz, los tacheros consultados por La Capital admitieron que en Rosario funciona "una especie de mafia interna que maneja las esquinas clave" y no deja cargar pasajeros a quien no pertenece a ese selecto grupo. Las paradas "más pesadas" están en el macrocentro. Y según revelaron por lo bajo algunos choferes, la lista es encabezada por los Tribunales Provinciales, donde cargar un pasajero sin pertenecer al grupo que domina el lugar es, para muchos, una misión imposible.
De acuerdo con los datos suministrados por la Secretaría de Servicios Públicos municipal, en la ciudad circulan unos 3.120 taxis. La mayoría de ellos son conducidos por peones que en promedio trabajan unas 14 horas por día para llevarse entre 20 y 30 pesos.
Pero la posibilidad de conseguir pasajeros en las esquinas más estratégicas de la ciudad es un recurso sólo reservado para unos pocos. "Si sos nuevo, vas a tener que yirar todo el día. Hay paradas en las que directamente no vas a poder cargar pasajeros porque enseguida te van a venir a apretar", aseguró a este diario un taxista con más de 20 años en el rubro, que prefirió no revelar su nombre.
Entre los lugares inaccesibles para los choferes que no pertenecen a los grupos selectos, los tacheros consultados no dudaron en señalar como "las más pesadas" a la paradas de los Tribunales Provinciales, la de Rioja y Corrientes, la de Paraguay y Córdoba, las ubicadas frente a los bingos y los supermercados, y las instaladas frente a las puertas de los Pami I y II.
Si bien en todas está permitido el estacionamiento de al menos tres taxis, la realidad indica que no será cualquier auto el que lo haga. "Tenés que pertenecer al grupo, si no, te van a apretar para que te vayas. Es muy difícil cargar ahí", admitió otro taxista.
Donde no hay problemas es en el microcentro. "Lo que pasa es que ahí están los inspectores, entonces es muy raro que alguien se haga el pesado". Y precisamente es en el microcentro donde está la parada más redituable de Rosario: Sarmiento y Córdoba. "Ahí podés hacer hasta siete u ocho viajes por día", dicen los taxistas.

Drogas, prostitución y dinero falso
Pero hay otro costado que muchos no se atreven a revelar, donde algunos taxistas suelen mantener estrechos contactos con el mundo de la droga, la prostitución y el dinero falso.
"Entrar a la villa La Lata (Corrientes y Amenábar) es muy peligroso, pero hay taxistas que ingresan sin problemas porque compran protección", admitió un veterano chofer. Según reveló, "hay algunos tacheros que llevan gente a la villa a comprar drogas y, a cambio, nadie los toca. Pueden entrar a cualquier hora que no van a tener ningún tipo de problema".
Tras su confesión, otros se animaron a hablar y un sinnúmero de códigos internos quedaron al desnudo. "Las prostitutas siempre viajan en el asiento de adelante porque no quieren que las escrachen. Es más, muchas te dejan su tarjeta para que les consigas clientes", dijo uno de los consultados.
"Generalmente los taxistas que llevan pasajeros a comprar drogas también son adictos y conocen a los vendedores, porque no cualquiera tiene acceso a ese mundo, realmente es muy jodido", agregó un chofer que desde hace años trabaja de noche, momento en que la marginalidad suele subirse más seguido a los taxis.
Hay lugares en los que directamente no entran. Los barrios Las Flores y el complejo Fonavi de Grandoli y Gutiérrez son para ellos "los más complicados". Y claro, todos suman a la lista a la céntrica villa La Lata.
"Al entrar al Fonavi de Grandoli y Gutiérrez un grupo de muchachos siempre te para y te pide plata para la birra y los fasos", dijo un chofer. El pago de este peaje otorga vía libre para entrar al barrio. "Si no pagás, te afanan", advirtió, al tiempo que detalló que "el peaje oscila entre los 2 y 3 pesos".
A la hora de hablar de dinero falso, todos coincidieron en señalar que "en el tacho corre como loco. La mayoría de las monedas son todas truchas, y los billetes de cinco y diez también", dijeron. Es más, algunos aseguraron que "este es el nuevo curro. Hacer pasar billetes falsos da buena ganancia".
Todos coincidieron en señalar que en el taxi hay levante. "No sé cual es la fantasía que tienen las minas, pero es verdad. Acá arriba hay levante", confesó con orgullo uno de ellos mientras se aferró al volante deportivo de su taxi.
Lo cierto es que la mayoría trabaja unas 14 horas al día para llevarse entre 20 y 30 pesos al final de la jornada. Eso sí, el que no pertenezca a un grupo que domina alguna de las paradas más rentables, deberá circular el doble para llegar a guardar esos billetes en sus bolsillos. Códigos de la calle, que imperan dentro de un submundo difícil.



Igual que la noche, los taxis tienen sus códigos ocultos. (Foto: Marcelo Bustamante)
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