Pablo F. Mihal / La Capital
El triunfo de Crai en Santa Fe (y los posteriores festejos de los santafesinos) en la última fecha de la primera rueda fue un trago muy difícil de digerir para Duendes pero ayer, a la hora de la revancha, la historia fue muy distinta y al mejor estilo siciliano Duendes se cobró la vendetta al imponerse por 44 a 13 en un partido que, salvo en los instantes iniciales, siempre tuvo controlado. Este resultado, más la victoria de Estudiantes ante Tilcara por 24 a 12, terminó de confirmar las posiciones de la Zona B. Si bien Duendes ya estaba clasificado para la siguiente ronda era muy importante para las huestes del club de Las Delicias obtener un triunfo frente a los santafesinos. Ayer alcanzó ese objetivo pero además lo hizo desplegando un juego por momentos tan vistoso como efectivo, como en las mejores tardes de gloria. No obstante, los verdinegros arrancaron con el pie izquierdo sufriendo en su propio ingoal los errores. Los 20 primeros minutos fueron un verdadero calvario para los verdinegros, que se complicaron demasiado y no pudieron salir de asedio al que lo sometió Crai, un equipo que entre otras cosas falló en la puntada final. Por esos instantes pareció que los dirigidos de Ricardo Imhoff jugaban pasados de revoluciones, buscando con mucha ansiedad el ingoal rival y eso les jugaba en contra. Cuando se serenaron, encontraron los caminos. La dureza del camino por momentos se hizo aspereza, pero el partido no salió de los carriles normales. Pasados los 20 minutos fue como que Duendes encontró su equilibrio y comenzó a realizar su juego. Desde atrás Leandro Bouza empezó a demostrar su capacidad ofensiva y con una gran visión de la cancha comenzó a encabezar los ataques del conjunto local. En lo que a producciones individuales se refiere, además de la labor del fullback, fue muy bueno el trabajo de Manuel Fernández, de Andrés Bordoy y de Juan Mangiamelli, tres jóvenes figuras que comienzan a dar sus frutos. Jugando, moviendo la pelota y demostrando por momentos un rugby de alto vuelo Duendes estableció las diferencias y logró su cometido. Los tries, siete en total, fueron en su gran mayoría los frutos lógicos de jugadas elaboradas, concebidas y ejecutadas con precisión por un mecanismo colectivo aceitado y con un objetivo concreto, ya que más allá del triunfo ayer Duendes dejó bien sentado que, como lo hace todos los años, va a pelear por el campeonato.
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