Si no fuera porque el rival es River Plate, y porque los millonarios estrenarán su título en el Gigante, seguramente el marco del final de temporada hubiera sido otro. Es que Central todavía no ha llegado a despertar un entusiasmo convocante, aunque eso suena perfectamente lógico. La sola llegada de Menotti no podía propiciar un fervor desmedido pero al menos el Flaco logró que el equipo despertara un atisbo de reacción, que de prolongarse hoy hará que la próxima temporada no empiece con tanta carga de angustia. Angustia que se explica porque al equipo protagonista del que habla Menotti para el 2002/2003 hay que armarlo. Y el presente indica que Central iniciará la temporada con el más bajo promedio. Claro que el Flaco hereda esa historia y prefiere hacerse cargo de ella apostando en grande. ¿Podrá? Habrá que hacer muy buena memoria para recordar al técnico enfrentando un desafío semejante en su currículum. En ese sentido, el encuentro de esta noche frente al campeón puede o no ser tomado como medida. Por un lado, Menotti moldeó con no mucho tiempo y con los jugadores que estaban, el estilo que siempre pregonó y que logró a medias (más allá de los dividendos en resultados que ello suponga), y entonces el rival que enfrentará puede servirle para saber si su apuesta puede crecer desde su base. Pero por el otro, difícilmente el Central que clausure hoy el torneo sea el mismo que arrancará el próximo. Entonces, la medida sirve hasta ahí nomás. En efecto, algunos jugadores de los que pisarán el Gigante hoy seguirán otros derroteros a partir de junio y seguramente Menotti, después que pase la larga etapa de comentarista del Mundial para Televisa de México, se dedicará a reforzar el equipo que a esa altura ya llevará más de dos semanas de pretemporada. De todas formas, las elucubraciones futuristas pueden esperar un poco y el hincha debería concurrir hoy al estadio de Arroyito con la mente despejada para disfrutar relajadamente un espectáculo que puede ser bueno y que, hoy por hoy, no define nada por la impasse posterior. Después... habrá tiempo para eso.
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