Año CXXXV
 Nº 49.483
Rosario,
domingo  19 de
mayo de 2002
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A dos años del crimen
La muerte de María Nievas aún no fue aclarada
Tenía 81 años y apareció muerta en una casa de San Juan al 1400. Ni siquiera se sabe por qué la asesinaron

La vieja casona de San Juan 1449, ocupada hasta mayo del año pasado por María del Carmen Nievas, es hoy un comercio de venta de artículos de cuero. Las anchas paredes que muestran una variada gama de productos de marroquinería guardan entre sus secretos pormenores del trágico episodio ocurrido el 17 de mayo de 2000. Aquel día, la mujer de 81 años fue salvajemente asesinada por ladrones que vaciaron la caja fuerte de la vivienda y huyeron sin dejar huellas. Desde entonces, "ni la policía ni la Justicia pudieron avanzar" en el esclarecimiento del hecho, según lo dicho por Eugenio Meroi, primo de la mujer asesinada, a La Capital. En ese orden, voceros allegados a la pesquisa confiaron que la misma "está virtualmente paralizada por la falta de pistas".
"Nunca hubo detenidos, jamás se progresó en la investigación. Parece que todo terminó a los pocos días de la muerte de mi prima, después de que la policía me tomó el testimonio de lo ocurrido", dijo Meroi aún dolido por el duro trance que le tocó vivir.
Nievas vivía sola en la vieja casona ubicada a sólo 50 metros de la plaza Sarmiento. Allí residió desde su infancia por lo que era muy conocida en el barrio. Tenía un buen pasar gracias a su jubilación como docente, de unos 800 pesos mensuales, y un reintegro que cobraba bimestralmente de 200 pesos más. Además, atesoraba en una caja fuerte varias joyas heredadas de su familia que, según Meroi, "tenían más valor sentimental e histórico que económico".
Rodeada de varios relojes de péndulo, muebles de estilo y detalles de ornamentación de gusto refinado, Nievas encontró la muerte en lo que para su familia fue el trágico desenlace de un robo y para la policía aún tiene puntos oscuros.

Una escena dantesca
El jueves 17 de mayo de 2001 Meroi llegó a la céntrica casona poco después de las 17.30 como lo hacía a diario. Tocó timbre y nadie le respondió. Entonces quiso abrir la puerta con la llave que tenía y descubrió que ya estaba abierta y sin traba del lado de adentro. Ese dato le llamó poderosamente la atención pero igual ingresó. Atravesó el amplio zaguán y apenas traspasó una segunda puerta descubrió el cuerpo de su prima desvanecido. Se aproximó unos pasos, vio unas gotas de sangre y se inclinó para tocar a Nievas. "Me dí cuenta que no vivía. Estaba muy fría, tirada boca abajo, creo que muerta por lo menos desde la noche anterior", comentó Meroi aquel día a este diario.
Poco después, los médicos forenses confirmarían que la anciana había sido asesinada unas doce horas antes de ser hallada, es decir aproximadamente a las 7.30 de la mañana. Quienes la mataron le propinaron fuertes golpes que le ocasionaron la fractura del tabique nasal y de otros huesos de la cara, lo que hizo presumir a los investigadores que los homicidas le golpearon la cabeza contra el suelo con suma violencia. Además, una profunda marca lineal en el cuello permitió establecer que la mujer había sido estrangulada.

Contradicciones
"Es un caso algo extraño porque a primera vista no se advierte el móvil del crimen. No se advierte nada revuelto, la caja fuerte parece estar intacta y hay algunas alhajas", dijo el entonces jefe de la seccional 2ª -ubicada a 50 metros de la casa de Nievas-, Osvaldo Fernández. En coincidencia, investigadores de la Brigada de Homicidios pusieron en duda desde un primer momento la hipótesis del robo seguido de homicidio, aunque aceptaron que en el lugar había un mínimo desorden y por ello afirmaron que el asalto no terminó de concretarse.
Para la familia de Nievas la apreciación fue y es totalmente diferente. "Para mí no caben dudas de que fue un robo. A mi prima la obligaron a abrir la caja fuerte y le llevaron alhajas de mucho valor además de dólares y pesos que guardaba", aseguró Meroi a un año del terrible crimen. "Además los ladrones rastrillaron la casa bien tupido, no dejaron nada sin revisar" agregó el hombre.
Algunos datos que los investigadores levantaron en el lugar del homicidio y que los llevaron a poner en duda la existencia del robo fueron una cadena y medalla de oro hallada junto al cadáver y algunas alhajas que quedaron en la caja fuerte.
Pero Meroi insiste en que se encontró sólo una parte de lo que Nievas atesoraba en el lugar. "Se llevaron lo que pudieron o lo que quisieron, pero se llevaron mucho y la medalla de oro que estaba junto al cuerpo seguramente se le cayó a mi prima en el forcejeo con los delincuentes", aseguró el primo de la mujer asesinada.
Meroi apuntó sus dudas hacia un par de albañiles que días antes del crimen habían terminado de realizar refacciones en el lugar. "Habrán estado trabajando unos 15 días haciendo limpieza en el frente de la casa y algunos arreglos en el interior, tiempo suficiente como para conocer el movimiento y los lugares de la casa", dijo.
En ese aspecto, los investigadores dijeron que las miradas apuntaron a una presunta banda que asesinó a varios jubilados italianos y a la que estarían vinculados una famosa viuda negra y un policía. Pero nunca hallaron pruebas al respecto. Por eso, a un año del homicidio, admiten que a esta altura será muy difícil, sino imposible, encontrar al culpable. Y así habrá otro crimen impune en la ciudad.



La mujer fue brutalmente golpeada y luego asesinada.
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