El arzobispo de Boston, Bernard Law, pagó muchos millones de dólares a los abogados en nombre de los sacerdotes acusados de paidofilia. Citando documentos del prelado, el diario Boston Herald afirmó ayer que el ex sacerdote John Geoghan, condenado en febrero a diez años de prisión por agresión sexual, transfería regularmente sus gastos legales.
Además se instrumentó un fondo especial dirigido por responsables de la diócesis para asegurar los gastos de defensa de otros curas, como Paul Shanley, quien acaba de ser inculpado de violar a un niño.
Según el abogado Jeffrey Newman, quien representa a varias víctimas, este fondo se habría utilizado para pagar, desde 1990, los gastos judiciales de unos 100 sacerdotes. El diario afirma que Geoghan había agradecido al arzobispo por escrito en 1997, tras el desembolso de unos 37.000 dólares a una firma que se ocupaba de su expediente.
En otro documento citado por el periódico, un responsable de la diócesis, el padre William Murphy, explicó a Paul Shanley que reembolsaría a la Iglesia sus gastos de abogados "cuando pueda".
El arzobispo de Boston, quien se encuentra en el centro del escándalo que sacude a la Iglesia Católica estadounidense tras una avalancha de revelaciones sobre sacerdotes paidófilos, fue interrogado ayer por tercera vez por el caso de Geoghan.
Negligencia
El jerarca católico respondió en la demanda que lo acusa a él y otros sacerdotes en la Arquidiócesis de Boston de encubrir abusos de Geoghan. Y rechazó airadamente que hubiera actuado con negligencia al no mantener alejado de los niños a un sacerdote acusado de abuso sexual. Es que documentos judiciales revelaron que Law asignó a Geoghan y a por lo menos otro sacerdote trabajos en contacto con niños, a pesar de que sabía que habían sido acusados de abuso sexual de menores.
El cura pederasta ya fue sentenciado por un caso pero enfrenta acusaciones de abusar de otras 130 personas durante sus 30 años como sacerdote en el área de Boston.
La comparecencia de Law fue ordenada la semana pasada por una jueza quien expresó temores de que el prelado fuera llamado a Roma y quedara fuera del alcance del sistema judicial estadounidense. (AFP y Reuters)