Año CXXXV
 Nº 49.475
Rosario,
sábado  11 de
mayo de 2002
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Duhalde quiere calmar aguas en el Senado
El presidente salió a defender el voto del jueves. Hay riesgos de que se parta el bloque del justicialismo

El presidente Eduardo Duhalde salió ayer a respaldar públicamente a los senadores que votaron la derogación de la ley de subversión económica, en un intento por aquietar las mareas dentro de las filas justicialismo que amenazan con romper después del bochorno que se produjo para la aprobación de un proyecto distinto al original y diputados de su propio partido amplificaran las críticas contra sus pares en el Senado.
Duhalde se mostró tranquilo delante de los micrófonos y elogió su actitud para impedir que se cayera el tratamiento de la norma "lo que hubiera hecho inviable" el cumplimiento del acuerdo de los 14 puntos.
El presidente afirmó que los senadores son "en estos días injustamente criticados" y reiteró su "agradecimiento" por la media sanción que recibió la ley de subversión. De este modo, el primer mandatario salió a refutar las versiones que circularon sobre un supuesto enojo presidencial porque el Senado votó la derogación lisa y llana de la ley de subversión económica, pese a haber acordado previamente con Economía un texto para modificarla. Y se lamentó porque "desgraciadamente se ha echado sombra sobre su actuación".
Después del encuentro que sostuvo el presidente el jueves por la noche con la mayoría de los senadores, donde hubo fuertes cruces de acusaciones sobre la falta de muñeca para evitar el escándalo, ayer volvieron a reunirse en Olivos para intentar limar asperezas.
Sin embargo, el tono de las discusiones en medio de un clima caldeado y de mucho nerviosismo llegó a que se incrementará la lista de los que amenazan con alejarse de la bancada oficialista. Así comunicaron esa decisión la santafesina Roxana Latorre y Malvina Seguí, a quienes podrían sumarse el Jorge Yoma (uno de los principales opositores dentro del propio bloque), Jorge Busti, Graciela Bar y Marcelo Guinle, más los históricos rebeldes, los dos puntanos y los santacruceños.
También el santafesino Oscar Lamberto se mostró muy crítico con el gobierno y anunció que quería renunciar a su banca, pero fue frenado por el gobernador Carlos Reutemann, que no quiere romper lanzas con Duhalde.
Gioja, insistió ayer en que "se hizo lo que había que hacer". Sin embargo, dos altas fuentes del bloque confiaron que efectivamente el presidente estaba muy disgustado con lo que ocurrió y con el hecho de que no lo consultaron antes, ya que a la hora en que se cambió de rumbo él estaba durmiendo y el que terminó por dar la orden fue el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof.
Para disimular el desencuentro, los senadores presionaron a Duhalde y los gobernadores para que públicamente respalden la decisión que adoptaron, paso que ayer dio el presidente (aunque dijo que esperaba que en Diputados "se hagan las modificaciones que entendemos sin ningún tipo de impunidad) y algunos gobernadores como el salteño Juan Carlos Romero.
"Los amenazaron con que si no los respaldaban públicamente no le votaban ninguna ley más", admitió en estricta reserva un senador que estuvo en la reunión de anoche pero no comparte lo actuado por la conducción de la bancada.
Un sector, integrado por Lamberto, Carlos Verna y Ramón Puerta, que proclamó su posición de no votar la ley de quiebras hasta no ver qué hace Diputados con subversión económica, ya que desde la Cámara baja partieron cuestionamientos muy duros hacia los senadores desde los mismos oficialistas, como José María Díaz Bancalari y Jorge Obeid.


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