"Antes de volver al barrio a pasar hambre, nos quedamos acá hasta que nos den una respuesta". Con esta convicción, los desocupados de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) y de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) decidieron ayer extender por tiempo indeterminado los cuatro piquetes que, desde el martes, sostienen en los accesos a la ciudad.
Un humo espeso producto de las llantas incendiadas servía de cortina en cada uno de los cortes que se instalaron en el ingreso a la autopista a Santa Fe, en Circunvalación y 27 de Febrero, en Godoy y 27 de Febrero y en Oroño y Batlle y Ordóñez. En todos los casos la gente se reunió en ambas manos del camino, de modo que gran parte de los accesos a Rosario quedaron interrumpidos.
En la zona norte el tránsito se desvió hacia la vieja ruta 11 hasta San Lorenzo, que quedó prácticamente colapsada por la gran presencia de camiones y micros. Hacia el oeste, los vehículos tuvieron que circular por la autopista a Roldán. Mientras que en la zona sur, quienes llegaban desde Buenos Aires debían ingresar por el acceso al puerto, y en la mano contraria fue necesario sortear el corte por avenida Arijón.
Amparados por precarias carpas y ronda de mate de por medio, unas 400 personas se apiñaban en cada uno de los cortes. Sumamente organizados y divididos en tres turnos, los representantes de unos 30 barrios hicieron escuchar sus reclamos.
El primero fue que se refuercen la entrega de las cajas alimentarias y la provisión de víveres secos para sostener copas de leche. Pero al mismo tiempo se denunció la disminución de las raciones de los comedores escolares y la falta de insumos en los centros de salud comunitarios.
Las cajas llegan abiertas
"Desde diciembre que nos vienen prometiendo más ayuda. Pero nos mandan cajas que llegan abiertas y que no tienen harina, azúcar, ni leche. También nos dijeron que nos iban a dar víveres secos para nuestros comedores y los camiones nos pasan de largo y dejan todo en los locales de los punteros del Partido Justicialista", aseguró el delegado de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV), Juan Carlos Rodríguez, desde el piquete de la zona norte.
Allí se reunieron las familias de Nuevo Alberdi, Cristalería, Empalme Graneros, Cerámica y otras barriadas del noroeste de la ciudad. "De acá no nos movemos hasta que venga el gobernador", propusieron.
En Circunvalación y 27 de Febrero se congregaron los vecinos de Santa Lucía, Villa Banana y Fraternidad, entre otros. Y se hicieron sentir las mismas quejas: "Muchas veces recibimos mercadería con gorgojos y en el comedor escolar si los chicos llegan temprano comen, si no se quedan con la panza vacía", apuntó Elisa Cretas, militante de la FTV.
"Con ayuda que nos dan tenemos una olla popular. Se forman dos colas: la de los que vienen a buscar su ración y la de quienes esperan si sobra algo", dijo Juan Gencheff.
El piquete de Oroño y Batlle y Ordóñez cobijó a 800 personas durante la noche de anteayer. "Es que si se van a su casa no tienen qué comer, acá por lo menos tenemos la olla y estamos todos juntos", explicó el dirigente Julio López a la par que recordó que "desde la provincia conocen nuestros reclamos desde diciembre y nunca nos han dado respuesta. Si no pueden hacer nada que renuncien porque lo único que hacen es faltarle el respeto a los compañeros".
Dos grandes cartelones, escritos justo en la intersección de ambas calles sintetizaban el ánimo de la protesta. El primero advertía: "Duhalde, la deuda no se paga con el hambre del pueblo", en tanto el segundo esgrimía un pedido: "Policía no reprima, el pueblo tiene hambre".
La Ciudad
