El presidente Eduardo Duhalde advirtió ayer que existe el riesgo de que los bancos extranjeros "se vayan y no le paguen a la gente". El jefe del Estado expresó su temor en el medio de las negociaciones que funcionarios del Ministerio de Economía llevan adelante con los representantes del sector financiero para diseñar el plan bonos. Los equipos técnicos del Palacio de Hacienda y los bancos se volvieron a reunir ayer para intentar superar las diferencias que los separan. El martes por la noche, las conversaciones se habían estancado por la resistencia de los bancos a aportar un 30% de las garantías que tendrán los bonos que se canjearán por depósitos reprogramados y por sus dudas respecto de apurar los tiempos para la levantar el corralito en el caso de las cuentas a la vista. Una fuente de la cartera económica dijo que, pese a la reticencia de las entidades financieras, las restricciones para cajas de ahorro y cuentas corrientes se comenzarían a levantar la semana próxima. De todos modos, recién en ese momento se conocerán los anuncios. El gobierno quiere liberar totalmente el segmento "transaccional" del movimiento bancario a más tardar en septiembre pero los banqueros dudan porque, aseguran, con la derogación del CER, se les provocará un descalce de 4 mil millones de pesos entre los activos y pasivos. Sin embargo, desde Economía relativizaron esas cifras y destacaron que ese desfasaje se compensaría con las ventajas que obtendrá todo el sistema una vez que se normalice la actividad. El director ejecutivo de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Norberto Peruzzotti, salió a aclarar ayer a través de un comunicado que "no hay enfrentamiento" con el gobierno y que el trabajo que se lleva adelante para consensuar la salida del corralito es de "plena complementación"."Los bancos están ayudando al gobierno en el diseño de las medidas que se encuentran en preparación, desde luego las entidades dan su opinión pero en definitiva la decisión final es del Poder Ejecutivo". Los directivos de los principales bancos se reunieron el martes con el ministro de Economía, Lavagna, y el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, junto a la Asociación de Bancos Públicos y Privados (Abappra). En la reunión hubo "un tono amable pero pocos acuerdos", según señaló una fuente del Palacio de Hacienda. Los banqueros pusieron sus reparos a que todos los bonos puedan utilizarse para el pago de créditos, y a que las garantías sean puestas por ellos en las proporciones que pide Economía. Además, cuestionaron la posibilidad de que se liberen los fondos de la cajas de ahorro y cuenta corrientes para septiembre, aunque sea escalonada. Uno de los asistentes fue el gerente del Banco Credicoop, Carlos Heller, quien señaló ayer: "Estamos de acuerdo con levantar el corralito transaccional de cuentas corrientes y cajas de ahorro, pero el problema es de dónde sale la plata para hacerlo". "Economía podría absorber esos fondos con letras a tasas altísimas pero nosotros propusimos bonos a tres años, una opción que sea muy atractiva para la gente", agregó, y planteó que los redescuentos del BCRA tendrían que ser eximidos del CER para evitar a los bancos el descalce con su cartera de depósitos.En la otra vereda,Roberto Feletti, del Banco Ciudad, , defendió la iniciativa oficial "porque compromete a los bancos en la resolución del corralito".Consideró que la nueva estrategia "es mucho más consistente con la pesificación".
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