Editorial

Fin de una larga espera

Tal vez por el marco de una crisis sin precedentes en la que se transita, donde actuaciones que deberían resultar de absoluta normalidad administrativa se convierten en extraordinarias, el anuncio del inicio del bacheo en Circunvalación haya sido para la ciudad una de las pocas buenas noticias que, si bien no llegan a devolver la confianza, al menos sí la esperanza de que algunas cuestiones pueden empezar a revertirse con iniciativa y buena predisposición.
Es que verdaderamente causaba una gran indignación ver el estado de deterioro en que se encontraba esa carpeta asfáltica, donde día a día daba cuenta de distintos accidentes, algunos de ellos con víctimas fatales. Basta recordar dos hechos recientes: el deceso de dos radioaficionados que circulaban en un día de lluvia, donde precisamente los baches se transforman en trampas mortales, y el vuelco de un camión que transportaba cereal, en el cual el conductor salvó milagrosamente su vida.
Ahora la Dirección Nacional de Vialidad ha comenzado las tareas con la promesa de concluirlas en sólo 15 días, a partir de contar con un mayor presupuesto de materiales y de la incorporación como operarios de beneficiarios de subsidios del gobierno nacional. En esa línea, el propio director del organismo acaba de señalar a La Capital que antes de fin de año, iniciarán los trabajos de reparación no sólo de Circunvalación sino también los correspondientes a los accesos a Rosario, previa licitación a través de lo créditos del Birf, más conocidos como Crema.
Pues bien, dos cuestiones que no pueden soslayarse: el reconocimiento a la persistencia de la Intendencia y de algunos legisladores reclamando por las obras frente a la persistente negligencia o falta de criterio de Vialidad para fijar prioridades, lo cual devino en graves y lamentables consecuencias a lo largo de casi tres años. Y la necesidad de mantener un seguimiento estricto sobre todos los proyectos viales pendientes en Santa Fe. La mayoría de los sectores económicos y sociales de la provincia es consciente de de la implicancia que tendrá el Puente Rosario-Victoria para la región una vez que se inaugure, lo cual sucederá tarde o temprano. Pero obviamente, ese proyecto puede llegar a fracasar si no se cuenta con una infraestructura vial que lo acompañe, tanto en nuestra región, como en la provincia de Entre Ríos. Sería francamente decepcionante observar que el transporte nacional e internacional sigue utilizando otras vías de tránsito por el costo que le produce a sus unidades el mal estado de las rutas santafesinas.
Precisamente, en el seminario Provial, realizado en Rosario, se dijo: "Sin caminos en condiciones la producción no va a ser posible". Una verdad que deberá pasar de la formulación a los hechos.