Eran las 3 y media de la tarde cuando una chica que estaba parada enfrente de la comisaría 30ª, sobre la vereda de un Fonavi, divisó a un grupo de reclusos que escapaban corriendo de esa seccional con las manos ensangrentadas. La mujer no dudó y avisó a la guardia y entonces una agente disparó dos tiros al aire para intimidarlos, pero ya era tarde: nueve de los 37 presos alojados en esa dependencia habían ganado la calle para desaparecer en contados segundos. Poco después, dos de los evadidos fueron recapturados.
La comisaría 30ª está situada en Superí 2484, en la intersección con Casiano Casas, a pocos metros del local de una asociación vecinal y delante de un complejo Fonavi. Ayer a la tarde todo transcurría con normalidad en la seccional y la última requisa realizada en el penal a las 12.30 no había "arrojado ninguna anormalidad", según la policía, aunque unas tres horas después se produjo la fuga.
A esa hora, en la seccional sólo había dos policías porque otros dos agentes, según indicó el comisario principal Daniel Díaz, titular de la dependencia, estaban afectados a vigilar los movimientos de un grupo de piqueteros que cortaron el tránsito en el kilómetro cero de la autopista Rosario-Santa Fe.
El oficial consultado señaló que ninguno de los efectivos escuchó ruidos extraños antes del escape y explicó que los presos "barretearon una reja del penal y rompieron el chapón que la protegía". Después llegaron a una cocina que utilizan habitualmente los efectivos y una vez allí escaparon a través de un ventiluz que da a un pequeño terreno.
Una vez en el exterior, los presos desaparecieron por la calle Manuel García. Algunos chicos que jugaban en una pequeña plaza ubicada detrás del penal fueron testigos involuntarios de la fuga. "Los presos tenían las manos ensangrentadas", contaron. Al parecer, se lesionaron cuando limaron los barrotes del calabozo.
Una fuga esperada
Ayer a la tarde, algunos policías no estaban sorprendidos por el escape y aseguraron que "esperaban que una fuga se podría producir en cualquier momento", por "la gran cantidad" de presos detenidos en la seccional de Superí al 2400 y los escasos efectivos destinados a su custodia. La capacidad del penal, de unos "200 metros cuadrados", es para unos 12 reclusos y ayer había 37, tres de los cuales estaban en un pequeño calabozo conocido como "el solitario".
Además, otro vocero policial brindó un dato inquietante: 12 de los 37 presos detenidos en la seccional están afectados de "sida", aunque, según el portavoz, reciben tratamiento médico.
El comisario Díaz consignó que la comisaría está emplazada en medio de cuatro villas: "La Cerámica, La Esperanza, El Churrasco y el Fonavi" y su jurisdicción comprende a "unos 90 mil habitantes", en una zona donde "proliferan delincuentes reincidentes". "Todos lo que entran tienen como mínimo 15 antecedentes penales", se quejó Díaz.
Otra fuente policial sostuvo que el penal está desbordado y que desde hace tres años no se producen traslados masivos de reclusos a otros lugares de detención, aunque Díaz intentó minimizar la cuestión diciendo que "estamos como el país".
La noticia de la fuga corrió entre los habitantes de la barriada y llegó a los oídos de los familiares de los reclusos que se acercaron a la seccional. Rodolfo Ferretti, quien tiene a dos hijos presos desde hace un año y 15 días por robo calificado, se lamentó de las condiciones de hacinamiento que deben soportar los presos. "Los pibes no tuvieron problemas con nadie y hasta ahora los policías los trataron bien, pero el penal es chiquito y es para 18. Están incómodos y se turnan para dormir", dijo Ferretti.
En tanto, los fugitivos fueron identificados como Marcelo Hernán Campos Lagos, Diego Hernán Cuevas, Juan Carlos Gómez, Carlos Daniel González, Carlos Daniel Honrado, Cristian Leguizamón, Daniel Mansilla, Carlos Alberto Roma, y Guido Hernán Romero, todos acusados por hechos de robo.
Campos Lagos, conocido como el Chileno, ya registra, según un portavoz consultado, tres fugas. Poco después del escape fueron recapturados dos presos: Carlos Honrado, apresado por agentes del Comando Radioeléctrico en Granadero Baigorria, y Daniel Mansilla, recapturado por agentes de la comisaría 30ª.