Los 640 choferes de la empresa Rosario Bus que ayer realizaron un paro durante todo el día decidieron levantar la medida a la cero hora de hoy. La protesta inmovilizó 13 líneas de colectivos y dejó a pie a media ciudad. El acuerdo llegó luego de una ardua jornada de negociaciones y coincidió prácticamente con el momento en que la Secretaría de Trabajo de la provincia dictaba la conciliación obligatoria. La empresa se comprometió a terminar de abonar hoy los sueldos de sus conductores y destrabó el conflicto. Para algunos, la modalidad implementada por los choferes llamó la atención, ya que -a diferencia de otras líneas- habían cobrado el 70 por ciento y existía una promesa de pagar el resto el sábado próximo.
Ayer a media tarde -y mientras los usuarios desesperaban- la empresa redobló la apuesta ante la férrea posición de los conductores. Depositó un 15% más de la masa salarial y prometió terminar de pagar el resto hoy, pero la oferta fue en principio descartada de plano.
Por esas horas, el ánimo de gran parte de los vecinos de las zonas sur y norte de la ciudad ya estaba por demás de alterado. Los dos sectores fueron los más afectados por la medida, debido a que por allí circula la mayoría de las líneas que se declararon en conflicto.
Hoy todo volverá a la normalidad. Las líneas 101, 102, 103, 110, 119, 125, 128, 141, 142, 143, 144, 145, 146 y 153 circularán sin problemas. Así lo adelantaron anoche el encargado de personal de Rosario Bus, José Ferraro, y el secretario de Servicios Públicos municipal, Miguel Lifschitz.
Por su parte, el secretario general de la seccional local de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Manuel Cornejo, brindará hoy a las 9 una conferencia de prensa en la que analizará los pormenores del acuerdo al que llegaron las partes.
Realidades opuestas
A pesar de que la realidad económica por la que atraviesan las distintas empresas del transporte urbano de pasajeros de la ciudad es por demás de angustiante, la medida que tomaron ayer los empleados de Rosario Bus desconcertó a los funcionarios municipales y ni qué hablar de los usuarios.
Es que los choferes que se declararon en conflicto están en realidad en mejores condiciones de cobro que sus pares de otras firmas. Los conductores de las restantes líneas que no hicieron paro cobraron hasta ahora la mitad del sueldo y esperan saldar sus salarios el miércoles de la semana próxima.
Para el secretario de Servicios Públicos la paradoja no era muy fácil de explicar. "Conociendo la situación que afrontan la mayoría de sus colegas, no entiendo por qué los delegados de Rosario Bus se cierran tanto", decía en horas de la tarde Lifschitz con tono sumamente preocupado.
Pero la calma llegó con las primeras horas de la noche. "Triunfó la cordura", consideró el funcionario luego de una jornada agotadora, al tiempo que descartó que la medida de fuerza de ayer haya sido en realidad una maniobra orquestada desde algún sector.
"Este conflicto no era necesario y se hubiese evitado si se lograba un diálogo más fluido entre las partes", señaló.
Mientras tanto, los choferes se esforzaron anoche por dejar en claro que "el acuerdo llegó luego de que la empresa y los trabajadores consensuaron la forma de cobro de los salarios". De ese modo, descartaron de plano que la conciliación obligatoria dictada anoche por la Secretaría de Trabajo haya acelerado el acuerdo. Es más, para abonar esta interpretación adelantaron que "la empresa se comprometió a pagar las horas caídas", es decir, todo el tiempo durante el cual los colectivos permanecieron detenidos.
El organismo que dirige Oscar Ercoli había intimado a los choferes a reanudar los servicios y a la empresas a abonar la totalidad de los salarios, pero casi al mismo tiempo las partes llegaron a un acuerdo.
Un día para caminar
El sorpresivo paro que decretaron ayer los choferes de Rosario Bus crispó los ánimos de miles de rosarinos. Durante las primeras horas de la mañana se formaron numerosos grupos de personas esperando un colectivo que nunca apareció.
Fue así que muchos optaron por la bicicleta para llegar a sus trabajos, al tiempo que otros organizaron la tradicional vaquita para pagar taxis o remises.
Mientras tanto, Bárbara, una alumna de la Facultad de Psicología que estaba esperando tomar el 101 en la esquina de Sarmiento y Santa Fe, no logró abordar el colectivo y llegó tarde a clases. "No puedo creerlo. No me esperaba esta reacción de los choferes. En este país son pocos los que cobraron el sueldo y sin embargo no hacen paro", protestó.
Pese a que nadie quiso admitirlo, en la Secretaría de Servicios Públicos sobrevolaba anoche el fantasma de una maniobra ideada por algún sector vinculado al transporte. Lo que más llamó la atención fue que el paro llegó pocos días después de que la Municipalidad aumentó el boleto y logró atemperar los ánimos de los empresarios.
Lo que muy pocos alcanzan a develar aún es el trasfondo de esta supuesta maniobra. Lo cierto es que dejó al desnudo que el paro de una sola empresa puede dejar a media ciudad sin transporte. Sorprendente.