La discusión entre el gobierno y los bancos por el plan bonos y la apertura del corralito se trabó ayer por la resistencia de las entidades a aportar las garantías que les reclama el Ejecutivo, los plazos para el cronograma de liberación de extracciones desde cuentas a la vista y la utilización de los títulos para cancelar préstamos.
Durante la mañana el ministro de Economía, Roberto Lavagna, recibió a la cúpula de las asociaciones de bancos y en ese encuentro quedaron marcadas las diferencias de criterios.
Por la tarde continuaron las negociaciones en el Palacio de Hacienda pero ya sin la presencia de Lavagna. La representación del gobierno quedó en manos del secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen.
"La reunión tuvo un tono amable, más bien técnica, pero con pocos acuerdos", dijo una fuente que participó del encuentro.
El Ejecutivo quiere que los bancos garanticen el 30% de los bonos que serán entregados a los ahorristas, porcentaje que se amplía a medida que se acorta la duración de los títulos.
Los bancos dicen que esos niveles no pueden ser cubiertos por la totalidad de las entidades financieras y aseguran que a las más pequeñas les sería imposible cumplir con este requisito.
A su vez la discusión se centró en la clase de títulos y la calidad de la cartera que ofrecerán los bancos.
También se plantearon divergencias en la utilización de los bonos. Economía pretende que todos los papeles, tanto los que se cambiarán en forma compulsiva por depósitos programados como los optativos para cuentas a la vista, sirvan para cancelar deudas bancarias. El objetivo es darle una abundante liquidez a los bonos para que se sostenga su cotización.
Pero los banqueros no están de acuerdo con este esquema y propusieron que sólo los títulos que se tomen en forma voluntaria sirvan para pagar deudas.
Los representantes del sector financiero también criticaron la propuesta de acelerar la apertura del corralito, aumentando en forma progresiva los límites de extracción en efectivo.
Economía y los legisladores habían cerrado un plan que preveía elevar este mes de 1.200 a 2.000 pesos el tope de retiros en efectivo y luego subir progresivamente ese nivel hasta la apertura total del sistema en septiembre.
Los bancos aseguraron que esos niveles de extracción no podrán ser soportados debido a los serios problemas de liquidez que afectan al sistema.
La falta de acuerdo con los bancos le abre un nuevo frente de conflicto al gobierno, pues el plan bonos tal como estaba planteado ya contaba con la anuencia del Congreso.
Cualquier cambio significativo puede hacer tambalear todo el esquema ante la resistencia que podrían provocar en el ala legislativa.
El gobierno especulaba con la posibilidad de anunciar el plan bonos y la apertura del corralito durante esta semana mediante el dictado de un decreto de necesidad y urgencia.
El plan acordado con los legisladores propone un bono en dólares a 10 años con dos de gracia, pagadero en 8 cuotas anuales, para canjear los depósitos a plazo fijo en dólares. Se actualizaría con una tasa Libor más un porcentaje que se está definiendo.
Para los depósitos en pesos, la opción más aceptada es un título en la misma moneda a cinco años y actualizado por el CER.
El borrador acordado con los legisladores incluía la devolución del 30% en efectivo y el saldo en cuatro o cinco cuotas. Como alternativa, el plan original preveía un bono optativo en dólares a cinco años, con una cotización de 1,40.
El propio presidente Eduardo Duhalde dijo ayer que la inmovilización de depósitos a la vista se levantaría en un plazo máximo de cuatro meses. En conferencia de prensa, el jefe del Estado dijo que esperaba recibir en las próximas horas el "primer borrador" del Palacio de Hacienda para resolver el corralito.
"Hay una decisión de que en el plazo de cuatro meses el corralito para cuentas corrientes y cajas de ahorro esté levantado", dijo y reclamó a los bancos "una garantía explícita" para los bonos a canjear por los depósitos a plazo fijo reprogramados. De esta forma, afirmó, "se le dará un mayor valor a los títulos que puedan ser entregados a la gente".
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La Ciudad
