La eliminación de la actualización de los créditos a través del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) complicó la situación del sector de la construcción. El titular de la Asociación de Empresarios de la Vivienda de Rosario, Hugo Pietrafesa, resumió ayer que la medida del gobierno "nos deja en la lona", ya que el resultado es una pérdida en el patrimonio de las empresas.
El sector de la industria de la construcción venía planteando que la actualización de las deudas se realizara al menos mediante la evolución del costo de la construcción.
El dirigente indicó: "Nosotros realizamos una construcción, ponemos capital y a los compradores les financiamos generalmente el saldo". El negocio pasa por al menos recuperar la misma cantidad de ladrillos, pero ese no es el escenario que se abre.
En general, los clientes -hoy deudores- pagaban una parte cash y el resto era financiado por el constructor, en proporciones que rondaban el 50 por ciento.
El decreto del Poder Ejecutivo que lleva el número 762 especifica que "se exceptúa de la aplicación del CER a los préstamos otorgados a personas físicas por entidades financieras, sociedades cooperativas, asociaciones, mutuales o personas físicas o jurídicas de cualquier naturaleza; préstamos con garantía hipotecaria de vivienda única, familiar y de ocupación permanente; préstamos personales con o sin garantía hipotecaria; préstamos personales con garantía prendaria, y contratos de locación de inmuebles".
Para la actualización de las deudas se utilizará un Coeficiente de Variación de Salarios (CVS) que confeccionará y publicará el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, y que recién comenzará a aplicarse desde 1º de octubre próximo.
Devaluación y después
El constructor Pietrafesa indicó que la anulación de las actualizaciones "nos deja en la lona porque no se recupera el capital y el resultado es una pérdida del patrimonio de las empresas".
La única variable que les queda por manejar es la tasa de interés, pero el dirigente consideró que "tampoco alcanza para recomponer el capital".
La operatoria habitual del sector consistía en comprar el terreno e iniciar la obra con capital propio, para luego ir vendiendo las viviendas en obra, con un pago inicial del comprador y una financiación a partir de la entrega por el saldo.
"Mientras a otras empresas les licuaron las deudas, a nosotros nos licuaron el capital", se lamentó Pietrafesa, e hizo la pregunta del millón: "¿Para qué devaluamos?".