Washington/Belén. - Los negociadores trataban de alcanzar ayer un acuerdo que pondría fin al cerco de un histórico templo católico de Belén, mientras en Washington el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, lanzaba un ataque diplomático contra Yasser Arafat. El premier israelí se reunirá hoy con el presidente estadounidense, George W. Bush, para presentarle su "plan de paz" con los palestinos, cuyo eje central es el aislamiento de Yasser Arafat, a quien acusa de estar vinculado a actividades terroristas.
Como parte de su nueva ofensiva diplomática en Estados Unidos, Sharon se reunió con los secretarios de Estado, Colin Powell, y de Defensa, Donald Rumsfeld. Ambos funcionarios fueron los receptores del documento de 100 páginas, elaborado por Israel, mediante el cual se acusa a Arafat de usar dinero internacional para "financiar el terrorismo", además de incluir sugerencias sobre cómo reforzar la seguridad entre israelíes y palestinos.
Estos informes son los argumentos del plan de paz de Sharon en el que se excluye por completo a Arafat.
Acuerdos interinos
La iniciativa de paz del premier israelí consiste en el principio de "acuerdos interinos a largo plazo", según la ministra israelí de Educación, Limor Livnat, quien participa de la visita oficial. El plan admite la creación en un plazo no determinado de un Estado palestino pero hasta ahora no se mencionaron claramente cuáles serían las fronteras.
Sharon debe maniobrar con los laboristas de izquierda que lo presionan para llegar a un acuerdo político y con los dirigentes de derecha de su partido Likud que se niegan admitir un Estado palestino en Cisjordania y Gaza en donde Israel instaló unas 160 colonias judías.
Para este plan del cual poco se conoce, Israel puso como condición una reforma profunda de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que le asegure contar con un interlocutor confiable y el fin del terrorismo, aseguró un alto funcionario que acompaña a Sharon en Washington.
El ministro israelí de Justicia, Meir Sheetrit, reclamó drásticas reformas de la ANP y calificó a la gestión actual de Arafat como "corrupta e inexistente". Justamente, a los efectos de lograr el respaldo estadounidense para este objetivo, Sharon llegó el domingo a Washington y hoy se entrevistará por quinta vez con Bush. El mandatario norteamericano tratará de convencer al primer ministro israelí de reanudar las negociaciones de paz con Arafat, a quien la Casa Blanca sigue considerando el interlocutor válido del pueblo palestino para poner fin a la crisis en la región.
"Arafat tiene que demostrar su liderazgo. Tiene que demostrar al mundo que cree en la paz", expresó Bush durante una visita ayer a una escuela del Estado de Michigan. "El papel de Estados Unidos es exponer nuestra visión de la paz, algo que ya he hecho, y animar a otros a asumir sus responsabilidades", destacó el mandatario estadounidense al subrayar "la importancia de que el mundo árabe se implique a fondo en el proceso de paz".
La Casa Blanca expresó en varias ocasiones estar "desilusionada" del presidente palestino, pero también constató que Arafat es el líder de los palestinos y que es necesario tratar con él si se desea relanzar el proceso de paz en Medio Oriente. Los coloquios del martes, de los cuales fuentes allegadas a Bush admitieron que no esperan "grandes desarrollos", son cruciales para la preparación de la conferencia internacional de paz en Medio Oriente.
Sobre esa cumbre la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Rusia y la Organización de Naciones Unidas (ONU) decidieron trabajar la semana pasada.
Versiones cruzadas en Belén
El ministro israelí de Defensa, Benjamin Ben Eliezer, expresó ayer que es posible una solución "en las próximas horas" a las crisis provocada por el cerco del ejército israelí impuesto desde el 2 de abril a la basílica de la Natividad en Belén. "Estamos en la última etapa de la negociación y a menos que haya un cambio de último momento, estimo que el asunto será solucionado en las próximas horas", declaró el ministro.
"El final de este lamentable episodio permitirá al ejército retirarse totalmente de Belén y de Beit Jala", dos localidades que ocupa en Cisjordania desde el primero de abril, añadió el ministro. "La gran mayoría de los palestinos asediados será liberada, una parte será trasladada a Gaza y una pequeña parte exiliados", agregó.
Pero un portavoz de la orden franciscana de la Iglesia Católica dijo que se le había informado que las conversaciones estaban estancadas respecto a la situación de la iglesia, erigida donde según los cristianos nació Jesucristo.
Fuentes allegadas a las negociaciones dijeron que las dos partes seguían divididas sobre cuántos de las decenas de palestinos armados encerrados en la iglesia serían enviados al exilio y cuántos serían transferidos a la Franja de Gaza. "Nos estamos cansando de oír que terminará en algunas horas o en unos días. El hambre y la espera lo están haciendo muy difícil", expresó el gobernador de Belén, Mohammed al-Madani, quien permaneció dentro de la iglesia durante el cerco.
Palestinos armados se encuentran entre las 200 personas que se refugiaron el 2 de abril en la basílica cuando las tropas israelíes entraron a la ciudad en busca de activistas durante su aplastante campaña en Cisjordania. Según las fuentes, ambas partes habían acordado que 39 palestinos requeridos por Israel sean enviados fuera de Cisjordania, pero discrepaban sobre el número que puede ser enviado al extranjero, y cuántos podrían quedarse en Gaza.
El plan propone que los hombres requeridos por Israel vayan a Italia a través de Jordania como "invitados del gobierno italiano", dijo el alcalde Madani. Pero el vicepresidente del Consejo italiano, Gianfranco Fini, descartó esta posibilidad. "Que yo sepa, el gobierno italiano no dijo si estaba dispuesto a recibir a palestinos acusados de terrorismo", aseguró Fini ayer por la tarde en Roma. (Reuters, AFP, DPA y Télam)