| | Panorama: Un ancla fiscal para el sector
| Susana Merlo
Tras el paro que finalmente llevó adelante una sola de las entidades nacionales del campo pero que logró más adhesión de la calculada por muchos, reinstaladas las retenciones y con costos de los insumos tan variables como las oscilaciones que pueda seguir registrando el dólar y la inflación, las expectativas del campo se encuentran sensiblemente acotadas. A pesar de la realidad agropecuaria abrumadora, la complejidad política y las urgencias sociales impiden alentar demasiadas posibilidades para el campo, al menos en el corto plazo. Por eso, hecho ya el daño mayor, hacia donde están apuntando muchos productores (y así se lo trasmiten a sus dirigentes) es a tratar de "anclar" la situación. Es decir, que en primera instancia no empeore y, en segundo término, que se paute un cronograma cierto que paulatinamente vaya retrotrayendo el esquema, al menos, al nivel impositivo del año pasado (cuando, vale decirlo, ya era malo). Dicho de otra forma, no hay demasiadas posibilidades de seguir invirtiendo para producir si, por lo menos, no hay alguna pauta inamovible que permita tomar decisiones de mediano y largo plazo ya que los resultados, en el caso del campo, recién se obtendrán en 8 o 10 meses como mínimo. Los productores necesitan que las retenciones no aumenten y que, después, vayan bajando hasta desaparecer. El asunto es: ¿con que sistema se puede garantizar tal cosa?, ¿qué funcionario es suficientemente creíble hoy, si lo dice, como para que el campo pueda proyectar con cierta seguridad?. Naturalmente este no es el único tema. Sin embargo, es el más emblemático, y el que contiene a buena parte de los más importantes. Por caso, mal se puede esperar que rebajen y racionalicen la gran cantidad de impuestos que hay nuevamente, si se siguen creando gravámenes nuevos o incrementando las alícuotas de los que ya existen. Ahora el gobierno convoca a la entidad "combativa", a la que siguió con el paro adelante, para "continuar" el diálogo. ¿Pero quién iba a recibirla, un cuestionado funcionario que, ya se estaba yendo del gobierno y al que todos los días se lo daba por renunciado?. Finalmente primó algún sentido común y el encuentro se suspendió. ¿Hasta cuando? El nuevo en el cargo lógicamente va a pedir "tiempo" hasta ponerse al tanto de las cosas. ¿Y esa es la idea de "seguridad" y "estabilidad" que se intenta que el sector tome como cierta? Es mucho lo que hay que hacer y corregir pero, aunque parezca reiterativo, si no se abordan los temas de fondo, de nada sirven siquiera las soluciones coyunturales que se puedan conseguir.
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