La concejala electa por el llamado ARI trucho, Sandra Cabrera, que nunca asumió el cargo, mandó ayer una carta de renuncia al Palacio Vasallo y al Tribunal Electoral. La nota, escrita en duros términos, sorprendió al conjunto de los ediles, ya que desde diciembre pasado, cuando no se le aprobó el diploma, la fallida dirigente política hizo ingentes esfuerzos para conseguir sentarse en su banca. El alejamiento de Cabrera provocó más de una conjetura en el Concejo Municipal y ayer no se descartaba que fuera una maniobra del presidente del Partido Frente de los Jubilados, Mario Vallone, para quedarse con la poltrona. Allegados a la renunciante dijeron a La Capital que "el grado de exposición" sufrido por Cabrera habría sido el detonante para que tomara la decisión de resignar la banca.
En las elecciones de octubre pasado, Cabrera lideró el sublema Ahora Reales Ideas (ARI). Junto con otras dos listas -una encabezada por Vallone y la otra por Beatriz Brouwer-, constituyeron el lema Polo Social.
Para sorpresa de muchos, la hasta entonces ignota Cabrera logró reunir los votos suficientes para alcanzar una banca en el Concejo. Y esto se debió a la confusión que generó la utilización en su boleta de la sigla "ARI", que a nivel nacional representaba al partido de la diputada Elisa Carrió denominado Argentina para una República de Iguales.
El sublema que comandó Cabrera fue conocido popularmente como "ARI trucho" y se realizaron distintas presentaciones ante la Justicia electoral y la ordinaria para impugnar la lista. El 10 de diciembre pasado, la edila electa, que trabajó en diversos boliches, no pudo asumir el cargo ya que el Concejo no trató su diploma. "Yo trabajé en los boliches y por eso me conoce mucha gente" dijo Cabrera a La Capital el 18 de octubre pasado, en un reportaje exclusivo en el que negó que fuera a renunciar. Todos los intentos por encontrar ayer a la dirigente del ARI trucho fueron infructuosos.
Usina de rumores
En principio, la hipótesis que se barajó ayer en el Palacio Vasallo señalaba que Vallone habría arreglado con Cabrera la renuncia de la totalidad de su lista (ARI) por lo cual el propio Vallone -cabeza del segundo sublema- podría reclamar la banca.
Pero también hubo otro rumor que decía que la renuncia no abarcaba al conjunto del sublema, sino hasta el cargo número seis, que ocupa justamente la concubina de Vallone.
Otros fueron más allá. Teniendo en cuenta que Cabrera y Vallone están acusados ante la Justicia por engaño electoral, el tercer sublema podría reclamar la banca. En ese sentido, se especuló que la maniobra habría sido pergeñada por dirigentes del Modín (el partido de Aldo Rico), ya que la última lista del lema Polo Social está encabezada por Beatriz Brouwer, esposa del dirigente carapintada y concejal justicialista José Bonacci.
A pesar de los dimes y diretes, Vallone negó haber incidido en la decisión de Cabrera de renunciar. "Me tomó totalmente por sorpresa. Hace mucho que no hablo con Sandra, porque tuvimos diferencias políticas", dijo ayer a La Capital el dirigente del Partido de los Jubilados. Pero a renglón seguido admitió que meditará los pasos a seguir. "No sé si me corresponde la banca, pero si así fuera no sé si estaría dispuesto a asumir. Lo voy a pensar muy bien, fríamente", agregó.
Vallone reconoció que "no son los mejores tiempos para la clase política", y resaltó que él puede "caminar tranquilamente por la calle". Sin embargo, no pudo ocultar cierto temor ante una posible reacción negativa de los rosarinos si llegara a ocupar la banca de una forma cuestionada.
El "no" del Concejo
Así las cosas, y en medio del escarnio público que sufre la clase política, el conjunto de los ediles se pronunciaron en contra de avalar a cualquier sucesor de Cabrera.
"No leí la nota de renuncia todavía, pero el cuerpo no tiene ningún trámite que hacer", dijo ayer el presidente del Concejo, Norberto Nicotra. Y si bien fue cuidadoso a la hora de pronosticar un futuro, recordó que la Comisión de Poderes envió distintos expedientes a la Justicia ordinaria y a la electoral, que aún no se han expedido.
Por su parte, el peronista Evaristo Monti desechó de entrada cualquier posibilidad de reemplazo de Cabrera. "Estamos y estuvimos en contra de la maniobra estafadora de la voluntad popular. Aquí no es una cuestión de nombres", disparó.
En tanto, el justicialista Bonacci, a quien Cabrera nombra en su renuncia y lo señala como otro de los apoderados del sublema Polo Social, resaltó que el conjunto del Concejo entendió que las elecciones fueron un "engaño social". El propio edil dijo que fue testigo de cómo se concibió "el engaño con toda intencionalidad" por parte de dirigentes de otros partidos.
El dirigente del Modín desestimó que su esposa vaya a ocupar la banca que ahora queda en juego. "Creo que no debe asumir ninguno. En el caso de la lista de mi esposa creo que van a renunciar todos", afirmó, antes de definir a Vallone com "la excrecencia del sistema político".
"Acá lo que fue el ARI trucho y el Polo Social trucho es toda una maniobra integral que tiene varios actores de distintos componentes", dijo Alberto Cortés, concejal del Partido Socialista Auténtico (fuerza alineada con el ARI verdadero) quien realizó una denuncia contra los tres apoderados legales del sublema que lideró Cabrera. El edil apuntó que "el objetivo es impedir que llegue al Concejo una persona burlando la voluntad popular".
Por su parte, el binnerista Sergio Liberati consideró que "el capítulo Sandra Cabrera se enmarca en un criterio de burla de la voluntad popular" y opinó que "todos los integrantes del lema correrán la misma suerte. No es una cuestión personal", remató.