Año CXXXV
 Nº 49.468
Rosario,
sábado  04 de
mayo de 2002
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Remisero trucho embistió a un oficial y lo arrastró durante seis kilómetros
Lo llevó sobre el capot del auto desde Santo Tomé a la ciudad de Santa Fe para evitar un operativo

Santa Fe.- Un policía sobrevivió ayer milagrosamente a un cinematográfico raíd, al viajar desde la vecina ciudad de Santo Tomé hasta el barrio Centenario de esta capital atravesando el puente carretero que une ambas ciudades por el Río Salado arriba del capot del auto de un remisero que lo atropelló e intentó huir de un procedimiento.
El oficial auxiliar Roberto Acuña, de 30 años de edad, resultó con heridas que no revisten gravedad luego de que el conductor del remís lo dejara tirado en la calle en la intersección de Terragona y Hernández, en el barrio Centenario. Todo comenzó con un operativo de tránsito que inspectores municipales de la vecina ciudad de Santo Tomé realizaban conjuntamente con la policía. Fue en ese momento que el conductor de un remís Ford Galaxy color azul, que ya está identificado por la policía y anoche era rastreado intensamente luego de que fuera allanado su domicilio, se resistió a ser controlado. Incluso fuentes policiales consignaron que el hombre estuvo detenido anteayer por violaciones al tránsito.
Al intentar huir el remisero atropelló al agente Acuña, quien logró aferrarse a los parantes del vehículo que inició una alocada carrera a través del puente carretero con el involuntario •pasajero' encima del capot.
En esas precarias condiciones el policía logró atravesar aferrado al coche los seis kilómetros que separan al lugar donde se realizaba el operativo de tránsito, a 100 metros de la cabecera oeste del puente carretero, a la referida esquina del barrio Centenario, en la zona sur de la capital santafesina, donde recién el policía fue despedido por una brusca maniobra del conductor que se dio rápidamente a la fuga dejando tirado a Acuña sobre el pavimento.
En forma providencial el uniformado sólo resultó con algunos golpes y escoriaciones, de las que fue atendido poco después del fantástico episodio en el hospital José María Cullen para inmediatamente después retirarse a su domicilio.



(Ilustración: Héctor Beas)
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