Conversaciones

Aunque las conversaciones debían revelar aspectos esenciales de la investigación, la Fiscalía pidió anteayer, en el juicio por el atentado a la Amia, que se pasara una escucha donde Telleldín hablaba con su mujer, Ana Boragni, y en la que se lo notaba no muy conforme con su defensa, a cargo de Víctor Stinfale. "Es un b..... Ya cambié tres veces el caballo, voy a tener que ir por el cuarto", dijo. A medida que la charla avanzaba, Telleldín no pudo contener la risa y debió taparse la boca o tomar agua mientras miraba al fondo del salón, donde estaban sus defensores. Incluso le dijo al tribunal que él tuvo "serias dudas" sobre si Stinfale "trabajaba para la Side". Y cuando se lo decía, contó, su abogado le aclaraba: "No, para la Side no, para la CIA".

Clientela
El corredor de autos Silvio Oltra, quien murió junto a Carlos Menem Junior en 1995 al caer a tierra el helicóptero en que viajaban, era uno de los clientes del reducidor, según reveló el propio imputado, quien dijo que incluso le había "reparado varios autos de rally con repuestos non-sanctos". Además, durante la escucha de la conversación que mantuvo con su mujer difundida en el juicio, Telleldín reveló que hasta el propio fallecido jefe de la Policía Bonaerense Pedro Klodczyck (considerado el "padrino policial" del ahora acusado Juan José Ribelli) le había comprado un auto trucho.

Esvásticas
"La doctora Marta Nercellas (abogada de la Daia) dijo que yo estaba procesado por tener cruces esvásticas en uno de mis departamentos y es una total mentira y una canallada", dijo Carlos Telleldín ante el tribunal. "En ese edificio había penes y vaginas dibujados desde la planta baja hasta arriba. Sin embargo, durante un receso, la abogada de la Daia aclaró: "Sí, había penes y vaginas, pero también esvásticas".

Starskey y Hutch
Carlos Telleldín señaló directamente a los policías Mario Bareiro y Diego Barreda, dos de los personajes con los que el reducidor de autos tenía relación antes del atentado, como los hombres que lo "entregaron" a la Policía Bonaerense y que luego le dieron sus datos a la Side.
"Estoy seguro de que trabajaban para la Side. Después de mi detención se habían convertido en Starskey y Hutch", en alusión a los policías de una serie de televisión de los años 80. (Télam)