Citan al jefe de policía por el crimen de Lepratti

Es el militante social asesinado el 19 de diciembre por dos efectivos. Quieren saber qué proyectiles usaban

La Justicia citará en los próximos días al jefe de policía de Rosario, comisario mayor Jorge Saúl Pupulin, para interrogarlo acerca del operativo de represión montado por la Jefatura en los episodios del 19 y 20 de diciembre últimos. El máximo responsable de la policía local declarará en el marco de la causa por el homicidio del militante social Claudio Pocho Lepratti, asesinado por dos efectivos del Comando Radioeléctrico de Arroyo Seco que estaban al servicio de la subcomisaría 19ª del barrio Las Flores. Entre otras cosas, Pupulín debe explicar qué clase de proyectiles utilizaba la policía para reprimir a las personas que buscaban alimentos en los supermercados y a quienes los saqueaban.
La citación de Pupulín para declarar ante el juez de Instrucción Osvaldo Barbero es la respuesta a una iniciativa de la fiscal de la causa, Elida Rivoira. Como jefe de la Unidad Regional II, Pupulín era el máximo responsable de los procedimientos ordenados en aquellos fatídicos días. Oficialmente se admite que la represión mató a cinco personas, pero en realidad los muertos fueron 7 incluyendo a las víctimas de Villa Gobernador Gálvez.
Mientras los policías detenidos por el homicidio de Lepratti aseguran que creían estar reprimiendo con balas de goma, el militante recibió una descarga de plomo que lo mató en el acto. El juez Barbero ya ordenó una pericia sobre los cartuchos incautados frente a la escuela del barrio Las Flores, en cuya terraza estaba Lepratti cuando lo asesinaron, pero la fiscal quiere indagar un poco más respecto a este punto y por eso pidió al magistrado que cite al jefe de policía.
Los efectivos detenidos por este crimen son el sargento Rubén Darío Pérez, de 39 años, y el agente Esteban Ernesto Velázques, de 26. Ambos están imputados de homicidio simple, aunque la estrategia de la defensa apuntaría a bajar esa calificación al sostener que se defendieron de un ataque y argumentar que ninguno de los dos sabía que sus proyectiles en realidad cargaban plomo.
En su declaración ante Barbero los efectivos dijeron que tuvieron una intención disuasiva y justificaron sus disparos diciendo que desde la terraza del comedor donde estaba Lepratti, los atacaron a balazos. Sin embargo, los testigos dicen otra cosa: un profesor, dos porteras y un vecino que estaban con Pocho coincidieron en que él sólo gritó a los policías que no dispararan y que en ese momento lo fusilaron.