Florencia O'Keeffe / La Capital
El economista Manuel Solanet, quien forma parte del proyecto político que encabeza el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy de cara a las próximas elecciones, hizo ayer en Rosario una cerrada defensa de la propuesta económica que impulsan, basada en una fuerte reestructuración del gasto público. Rechazó las acusaciones de quienes los tildan de golpistas y dijo que el presidente Eduardo Duhalde "se equivoca" al negar el proceso inflacionario que vive el país y prometerle a la gente cosas incumplibles. Solanet adelantó que será inevitable un incremento de las tarifas de los servicios públicos y se mostró partidario de que se defiendan los contratos de las empresas privatizadas "para evitar que el mundo nos vea como un país confiscatorio y jurídicamente inseguro". Minutos antes de dar una conferencia en la Fundación Libertad, donde se dispuso un fuerte operativo de seguridad ya que habían circulado versiones sobre un escrache al economista por parte de entidades defensoras de los derechos humanos, Solanet habló con La Capital . - ¿Ya está en campaña junto a Ricardo López Murphy? - Soy parte de un equipo que está trabajando en un proyecto para crear una alternativa política que lidera Ricardo López Murphy. Todavía no hablamos de ninguna candidatura. Queremos hacer una convocatoria amplia a movimientos independientes, a todos aquellos que no se sienten representados y que no encuentran en la política tradicional esa representación. - Muchos de los que hoy no se sienten representados tampoco se sintieron representados por López Murphy cuando estuvo en el gobierno. - Puede ser que muchos de los que hoy salen con la cacerola sean los mismos que criticaron la política de López Murphy, pero lo que sucedió desde marzo del 2001 hasta hoy es una experiencia tremenda donde se vieron las consecuencias de no haber tomado medidas. Esas medidas parecían muy duras pero al fin resultan muy aceptables y blandas si se las compara con lo que sucedió por no haberlas tomado. Lo que hicimos fue exponer la verdad con sinceridad y crudeza que es la forma en la que hay que hablarle a la gente. Si estamos decididos a generar una alternativa política no vamos a adoptar el estilo de la política tradicional: vamos a ir con la verdad. - La propuesta que ustedes impulsan ¿implica más ajustes? - La palabra ajuste no la uso; sí implicaría una transformación del Estado, una reforma integral como la que estuve proponiendo con el equipo que me acompaña en este trabajo. Buscamos un Estado eficiente con mucha menos burocracia, y hay que decirlo claro: un Estado con muchos menos empleados públicos, lo que no quiere decir que estemos pensando de un día para el otro poner gente en la calle en forma masiva. Para eso desarrollamos un mecanismo de transición que permita una reinserción laboral del exceso de empleo público en el sector privado. - ¿Qué piensa de las malas privatizaciones que se hicieron en el país y que terminaron teniendo un costo muy elevado? - Creo que hay que hacer un balance de las privatizaciones bien objetivo; puede que alguna se haya hecho en forma desprolija y hasta deshonesta, pero el balance es ampliamente positivo. - ¿Hay que renegociar los contratos? - Exacto. Habrá que renegociar los contratos de concesión que se alteraron drásticamente como consecuencia de la devaluación y la ruptura de la convertibilidad. Para poder atraer capitales, diez o doce años atrás el gobierno argentino tuvo que establecer reglas apropiadas, tarifas ajustadas en dólares, porque de otra forma no hubieran venido esos capitales. Ahora es muy fácil decir "vamos a patear el tablero porque estas empresas ya ganaron mucho". Ganaron lo que tuvieron que ganar; no es momento de llorar sobre la leche derramada. Hay que recuperar esos contratos sin destruirlos y tratando de presentar hacia el futuro un marco de seguridad jurídica para que volvamos a tener un flujo de inversiones en nuestro país. - ¿Cómo se logra cumplir con los contratos y no aumentarle las tarifas a la gente? - No hay que olvidarse que fue el propio gobierno el que produjo una devaluación de más del 100%. Entonces no podemos ahora rasgarnos las vestiduras cuando alguien que hizo una inversión, que tuvo que financiar en dólares en el exterior y cuyos costos son preponderantemente de restitución de ese capital, está pidiendo un 40% de aumento. Eso tendrá que negociarse y es muy difícil. Pero hay que encontrar una solución para que el resto del mundo no crea que se trató de una confiscación. - Pero la gente no puede soportar cargar con esa diferencia. - Me gustaría decirle a la gente que no acepte incrementos, pero los estaría engañando. - ¿El gobierno de Eduardo Duhalde miente cuando dice que no tendremos un proceso inflacionario? - Quiero ser generoso: se equivoca.
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