Era injusto que Boca se retirara con la manos vacías de Guayaquil. La actitud del equipo de Tabárez no merecía un triste final. Y tuvo su recompensa a cuatro minutos del epílogo, cuando el Flaco Bracamonte saltó más que todos y con un cabezado salvó el honor el bicampeón de América. Por el grupo 6 de la Libertadores, el equipo de Tabárez venció a Emelec 2 a 1. Y esta vez, el triunfo llegó de la mano de la garra. Boca arrancó como si estuviera disputando un Gran Premio de Fórmula 1: con el pie en el acelerador a fondo. Y a los a 30 segundos Guillermo Barros Sechellotto ya tuvo una clara de gol. Pero el remate fue muy suave, a las manos del arquero. Después de los 20' Emelec comenzó a luchar por el papel protagónico del partido. Y se hizo luchado en la mitad de la cancha y con pocas situaciones de peligro. Aunque Boca, sin ser una aplanadora, dejaba una mejor imagen. En el complemento, Emelec tuvo su cuota de efectividad. Y en la primera de riesgo, vacunó. Moreira sacó un zurdazo que se desvió en un defensor xeneize y descolocó a Abbondancieri. A partir de ahí, Boca fue el único protagonista. Fue una y mil veces, pero no podía quebrar la resistencia de Viteri. Hasta que a 10 del final, un penal infantil le permitió al Mellizo Guillermo igualar el partido. Y cuando el empate parecía firmado, apareció Bracamonte para meter la cabeza y zambullirse a la victoria en la lluviosa noche de Guayaquil.
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