Jerusalén. - Un plan saudita para llevar una solución a la disputa palestino-israelí, que en los últimos 17 meses ha causado un enorme derramamiento de sangre, toma fuerza con el apoyo de Europa y Estados Unidos, y un cauto recibimiento de Israel y los palestinos. Sin embargo el jefe de política exterior de la Unión Europea, el español Javier Solana, aseguró tras reunirse ayer con Ariel Sharon que el líder israelí estaba interesado en el plan de paz saudita y preparado para reunirse con funcionarios sauditas a fin de discutir el tema.
Sharon "la considera una idea interesante y le gustaría saber más sobre el contenido, y estaría listo para reunirse con cualquiera de Arabia Saudita, formalmente, informalmente, públicamente, discretamente, lo que sea, para obtener mejor información sobre esa iniciativa", explicó Solana.
La propuesta, presentada por el príncipe de la corona saudita Abdullah, llama a los estados árabes a reconocer a Israel y a normalizar las relaciones con el Estado judío, a cambio de la completa retirada israelí de las tierras ocupadas en la guerra de 1967. La idea fundamental de la propuesta saudita estipula paz a cambio de tierras, y podría ser atractiva para las dos partes, agobiadas por la violencia, y restaurar el prestigio árabe, resquebrajado tras los ataques del 11 de septiembre.
Según una portavoz de la UE, Solana visitará hoy Jeddah para conversar con el príncipe Abdullah sobre su propuesta. Solana acortará una visita a Israel y a los territorios palestinos para explorar en detalle la nueva iniciativa con Abdullah, el gobernante de hecho de Arabia Saudita, agregó. Solana será el primer diplomático de alto rango en discutir el plan cara a cara con Abdullah desde que fue divulgado en un artículo del New York Times el 17 de febrero.
Una cálida recepción
Estados Unidos y Europa saludaron la propuesta, mientras los dirigentes palestinos e israelíes le dieron una cauta bienvenida. El presidente estadounidense, George W. Bush, levantó el teléfono ayer por la mañana para agradecer la iniciativa formulada por el príncipe de la corona saudita, Abdullah. "El presidente elogió las ideas del príncipe en lo que respecta a una completa normalización de la situación árabe-israelí, una vez que se alcance un amplio acuerdo de paz", expresó un portavoz de la Casa Blanca.
En comentarios dejados caer casi casualmente en una entrevista con el diario New York Times hace nueve días, Abdullah expresó que había considerado pedir al mundo árabe que ofrezca la paz y la normalización de vínculos con Israel si el Estado judío devolvía los territorios que ocupó durante la Guerra de los Seis Días en 1967.
"Es una propuesta interesante porque lo que Israel quiere es el amplio reconocimiento del mundo árabe", dijo el académico israelí Joel Peters, destacando que incluso durante el auge de los tratados de paz de Oslo, Riyad se opuso a cualquier tipo de normalización de vínculos con el estado judío. Peters agregó que temas como el de Jerusalén resultarán muy difíciles de resolver y recordó que Israel no ha sido receptivo a la idea de negociar la paz con más de un adversario árabe a la vez.
"Pero como una visionaria estrategia que ponga fin al juego, una medida que levante la confianza y nos lleve de la violencia a la mesa de negociaciones, es una zanahoria tentadora, un hecho estratégicamente muy interesante", dijo Peters. La propuesta ha ganado ímpetu, incluso pese a que Abdullah, el gobernante de hecho en Arabia Saudita, dijo que la represión del primer ministro israelí, Ariel Sharon, contra los palestinos, lo había desalentado de presentarla en la reunión de la Cumbre Arabe el próximo mes en Beirut.
Para ser el armazón de una propuesta presentada a medias, sin un plan preparado, la respuesta ha sido impresionante e incluso se ha ganado la simpatía de Sharon. De hecho, con buena parte de los actores aparentemente dispuestos a escuchar con profundidad la propuesta saudita, sólo falta la opinión del presidente sirio, Bashar al-Assad.
El secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, que tres días antes calificó la iniciativa de un acontecimiento menor, la describió el lunes como "un paso importante" que debería ser examinado.
Israel ocupó Cisjordania, incluyendo Jerusalén Oriental, de población mayoritariamente árabe, y la Franja de Gaza -territorios que los palestinos quieren para crear su Estado- en 1967, cuando también capturó de Siria las Alturas del Golán.
Israel ha aceptado el principio de tierras a cambio de paz, pero ha dicho que no regresará a los límites que tenía el Estado antes de 1967 por razones de seguridad. El nuevo elemento en la propuesta del príncipe Abdullah es que todo el mundo árabe reconocera a Israel y normalizaría sus relaciones con el estado judío. (Reuters y Télam)