El parque Hipólito Yrigoyen cambió desde ayer su fisonomía, después de que manos anónimas se llevaran las vigas que apuntalaban un galpón ferroviario. El hurto de estas gruesas columnas de quebracho colorado provocó el derrumbe de las instalaciones, y puso en peligro la vida de un grupo de familias que ocupan un sector contiguo. El director de Control Urbano, Ubaldo Modarelli, confirmó que se removerán del lugar las chapas y tirantes derrumbados en el piso, y reconoció que el mobiliario público de la ciudad está en peligro. Unos ruidos extraños en los galpones ferroviarios que pertenecen a la línea General Belgrano alertaron a los vecinos de 27 de Febrero y Laprida, que denunciaron el hecho a la Municipalidad. Una vez en el lugar, los inspectores de la Dirección de Control Urbano constataron que uno de los tinglados de unos 100 metros de largo se había desmoronado. Varios cortes de motosierra fueron el causante del desastre. "Lo que se llevaron son unas vigas de cinco pulgadas de ancho por 15 de largo, que estaban ubicadas de forma transversal en los galpones. El material es de quebracho colorado y su longitud puede llegar hasta los 12 metros cada una", detalló Modarelli, quien sospecha que estas manos anónimas se llevaron el valioso botín "seguramente en un camión de gran porte". Ayer por la mañana, Control Urbano intervino en la remoción de los escombros que quedaron a pocos metros de la Estación de Ferrocarril Central Córdoba y pusieron en peligro a varias familias que habitan un galpón contiguo al derruido. Modarelli reveló que "el mobiliario urbano es víctima reiterada de robos". Dos semanas atrás, los amigos de lo ajeno quisieron llevarse unas rejas de la ex Estación Rosario Central a la altura de Wheelwright y España, narró el funcionario. Las escenas de hurto y ocupación se repiten tanto en los Silos Davis como en los ex galpones ferroviarios ubicados en Illia y Pueyrredón.
| Así quedó el tinglado tras el despojo del botín. | | Ampliar Foto | | |
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