Ocho personas resultaron heridas de bala y arma blanca ayer en Rosario en diferentes circunstancias. Dos de las víctimas se hallaban en estado reservado, sin que se registren detenidos por los incidentes, informaron fuentes policiales.
Uno de los episodios más grave ocurrió en una casa de Centeno 671 bis, cuyo dueño, Andrés Ramón Benavente, de 41 años, se hallaba junto a sus amigos Marcos Horacio Fabio, de 33, y Ramón Casco, de 42. Según declararon luego, en ese momento ingresó un desconocido que sin mediar palabra comenzó a dispararles, causándoles heridas leves.
El episodio es investigado por razones de jurisdicción en la comisaría 16ª. Fuentes policiales consideraron poco verosímil el relato de las víctimas.
En otro hecho, el hijo de un policía fue herido de un puntazo en el abdomen al resistirse al robo de su bicicleta, en jurisdicción de la comisaría 18ª. Según se informó, se trata de Gustavo Campos, de 17 años y cuyo padre se desempeña en la Guardia Rural, quien ingresó a las 7.30 al Hospital de Emergencias, luego de ser herido en Río de Janeiro y Deán Funes.
Agresores sin identificar
En Colón 3781, a las 4.30, Gustavo Sosa, de 21 años, salía de su casa y recibió un balazo en la pierna derecha, con orificio de entrada y de salida.\Según las declaraciones a la policía, Sosa dijo no conocer a su agresor ni los motivos que lo impulsaron a disparar, algo que quedó ahora como materia de investigación.\Dos hechos posteriores fueron más graves. El primero ocurrió a las 7.15 en un bar de las calles La Paz y Pascual Rosas, sector oeste de la ciudad, donde en una pelea generalizada Omar Juncos, de 29 años, recibió un disparo en el tórax.\A la misma hora, de acuerdo con el informe policial, ingresaba al Hospital Alberdi, Silvio Aranciber, de 20 años, quien también presentaba una herida de arma de fuego en la región torácica izquierda, producto de una riña callejera en Somoza y Alvarez.\En otro violento episodio ocurrido en Avellaneda y Laguna del Desierto, seccional 18ª, Raúl Cabrera, de 40 años, recibió dos puntazos en el rostro y el cuello al pelearse con otro hombre.