Javier Felcaro / La Capital
Beatriz Nofal no tiene dudas: "La salida está en la renovación profunda de la dirigencia política, empresaria y gremial". El miércoles pasado dimitió a su banca como diputada nacional por el radicalismo porteño, que ocupaba desde 1999 pese a no ser afiliada. La crisis de representatividad y la necesidad de renunciamientos terminaron con "dos años de frustraciones", signados por la imposibilidad de incidir en la toma de decisiones, tanto en el Congreso como en el Ejecutivo. Es que Nofal, economista y ex subsecretaria de Industria del gobierno de Raúl Alfonsín, vio cómo quedaron en la nada valiosos proyectos como la reforma del impuesto a las ganancias o la creación de un subsidio para jefes de hogar sin empleo. "Me genera un problema de conciencia no cumplir mi compromiso con la gente", le dijo la ex legisladora a La Capital. -¿Por qué se fue? -La primera razón es la crisis de legitimidad de la representación del sistema político. La salida requerirá de una renovación profunda de la dirigencia política, empresaria y gremial, además de los renunciamientos. Adhiero a esto y mi forma más testimonial de hacerlo es con hechos. -El otro motivo es más personal... -Tiene que ver con la frustración que experimenté después de dos años en Diputados. Las iniciativas que presenté para contribuir a sacar al país del desempleo y la recesión no tuvieron resultados concretos, al igual que las críticas constructivas frente a varias medidas económicas con las que disentí. -Hubo un caso paradigmático. -El proyecto de promoción de empleo y desarrollo regional. Mi contrato social era mejorar la situación laboral, algo muy difícil de hacer si no se recupera la economía y el crecimiento. Pero no se convirtió en ley porque, a la hora de incluirlo en el período final de ordinarias, los que armaron la lista lo ubicaron detrás de 30 o 40 temas. Después del tercer día de sesionar, la iniciativa se trató a las once de la noche, pero no hubo quórum. Terminé quebrada en llanto. No era un proyecto que mandaba el Ejecutivo. Aunque el monumento de la nieve o el cambio de color de bandera sí figuraban entre los primeros. -Fue demasiado para usted... -Yo quise renunciar el 30 de noviembre, pero me contuvo mi familia... Después vino lo que todos ya conocemos. Me genera un problema de conciencia no cumplir mi compromiso con la gente. -De todos modos, seguirá trabajando por ese objetivo. -Si el cargo no me sirve para cumplir mi compromiso, prefiero dar un paso al costado y trabajar por la renovación del liderazgo y la construcción de un plan de crecimiento a mediano y largo plazo. Dejo el cargo, pero no me alejo de la política, que en este caso me dio un portazo.
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