Un joven soldado ruso que fue capturado por los guerrilleros islámicos chechenos y prefirió morir antes que renunciar a su fe cristiana, fue elevado ayer a los altares en la iglesia de la Asunción de María en San Petersburgo donde se expuso un icono con su imagen. El soldado, Yevgueni Rodionov, de 19 años, fue torturado y decapitado en Chechenia en 1996 después que, capturado por los rebeldes, rehusó convertirse y sacarse del cuello una cadena con una pequeña cruz. La cadena, hallada por su madre sobre su tumba por indicación de los asesinos a cambio de una suma de dinero, hoy es custodiada en una iglesia de Moscú. (Ansa)
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