Base aérea de Apiay, Colombia. - La fuerza aérea de Colombia bombardeó ayer campos y pistas de aterrizajes clandestinos de la guerrilla, mientras tropas en tierra alistaban su ingreso al área desmilitarizada, en el inicio de las operaciones contrainsurgentes más grandes en la historia del país tras el colapso de las negociaciones de paz de tres años. Aviones A-37 y AC-47 realizaron unas 200 misiones desde la base aérea de Apiay, en el suroriental departamento del Meta, arrojando bombas de 225 kilos sobre objetivos de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), cuyos líderes responsabilizaron al gobierno por la ruptura del diálogo.
El alto mando militar confirmó que la acción se puso en marcha una vez que el presidente Andrés Pastrana anunció la ruptura definitiva del proceso de paz con los rebeldes y ordenara el ingreso del ejército a la otrora zona despejada, de 42.000 kilómetros cuadrados y que estuvo bajo control insurgente desde noviembre de 1998. Según Pastrana, esta área ha sido convertida por la guerrilla en "en una guarida de secuestradores, laboratorio de drogas y depósito de armas".
La llamada operación "Tanatos", en la que participan unidades de la fuerza aérea, el ejército y de la infantería (marina), se inició la madrugada de ayer con el bombardeo de unos 85 blancos. No se produjeron inmediatamente reportes sobre víctimas, mientras que los periodistas que se trasladaron a la región señalaron que aún no habían podido ingresar a la zona.
Los objetivos de los bombardeos están en la zona cedida a la guerrilla en el sur del país en 1998 por el gobierno de Pastrana, para que sirviera de escenario a un diálogo que negociara el fin a una guerra interna de 38 años, que dejó 40.000 muertos en la última década. Pero Pastrana puso fin a las negociaciones con las Farc el miércoles por la noche, horas después que un comando rebelde asaltara un avión comercial y secuestrara a un senador del opositor Partido Liberal, Jorge Gechem Turbay.
Temor a represalias
Civiles entrevistados en una concurrida calle de Bogotá apoyaron la decisión de Pastrana de romper el diálogo, pero algunos se mostraron temerosos de que haya una confrontación total y represalias de los rebeldes en las ciudades. Asimismo, habitantes de la región colombiana que hasta ahora estaba incluida en la zona desmilitarizada temen que junto con el ejército ingresen los paramilitares a cometer masacres en los caseríos alejados.
Las fuerzas armadas tienen previsto proseguir con el ataque aéreo y las labores de inspección, para luego irrumpir en los cascos urbanos de los cinco municipios que conforman el área y dar paso así a la segunda fase de la operación, señalaron fuentes oficiales. Según informes oficiales, unos 6.000 hombres de seis brigadas y varias unidades antiexplosivos del ejército recuperarán las carreteras de acceso al área, al tiempo que se espera que una segunda caravana militar irrumpa allí en las próximas horas.
EEUU, el principal socio comercial del país, ha provisto buena parte de 1.000 millones de dólares acordado bajo el Plan Colombia, en ayuda mayoritariamente militar, pero el personal estadounidense que asesora a los oficiales colombianos no toma parte en las labores de combate. Washington y la UE respaldaron la decisión de Pastrana, y la ONU ofreció ayer su mediación.
El general Euclides Sánchez, segundo comandante del ejército y responsable de la operación Tanatos, indicó que las tropas están preparadas para hacer su ingreso en el área, pero que antes las autoridades adoptarán las medidas del caso para evitar eventuales emboscadas de las Farc, la principal guerrilla del país con unos 17.000 efectivos. Un oficial de la fuerza aérea dijo que había visto aviones jet despegando con bombas amarillas y verde oliva, que iban a ser descargadas sobre objetivos en el enclave rebelde.
Pastrana, de 47 años, inició en enero de 1999 una negociación de paz con las Farc, pero el proceso no produjo ningún resultado concreto.
Mano dura
La mayoría de los colombianos, hastiados de la violencia de la guerrilla, reclamaban del gobierno mano dura contra los rebeldes, que pese a que se comprometieron el 20 de enero a comenzar a discutir una tregua, intensificaron sus ataques.
Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el principal grupo paramilitar de ultraderecha y enemigo acérrimo de las guerrillas izquierdistas acusó a las Farc del colapso del proceso de paz e indicó que "los colombianos no tienen nada que temer de la confrontación armada". (Reuters, Ansa y DPA)
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