Con escenas de pugilato, forcejeos y gran cantidad de vidrios rotos en el Banco Suquía, unos cincuenta ahorristas rosarinos protagonizaron ayer un nuevo cacerolazo maratónico por la city local en protesta por la vigencia del corralito impuesto a sus depósitos. En este marco, Alberto Toricelli (62) se constituyó ayer en el primer rosarino que pudo llevarse el 70 por ciento de sus depósitos en dólares (más de 10 mil) de un plazo fijo abierto en el BankBoston, tras haber presentado una medida cautelar a la que hizo lugar la Justicia Federal. Se trata de un ex empleado que cobró una indemnización y debe ser operado reiteradamente por una patología cardíaca.
Al no haberse definido la cuestión de fondo, el ahorrista gozará ahora del 70 por ciento de su dinero mientras que el resto quedó en depósito judicial en la misma entidad bancaria y en la moneda de origen a la orden del tribunal.
El amparo ingresó originalmente el pasado 4 de febrero al juzgado federal Nº1 que, en suplencia, tiene a su cargo Sylvia Aramberri. La tramitación del juicio tuvo luego algunos contratiempos aunque la medida cautelar terminó resolviéndose y la devolución de los depósitos se otorgó el pasado 18.
Esta determinación fue presentada ante el Boston un día después con la exigencia de que liberara el dinero 24 horas más tarde, pero las autoridades de la entidad crediticia se negaron. La parte querellante solicitó, entonces, la incautación de los fondos y finalmente ayer salió la orden judicial correspondiente.
Cerca de las 14 se presentaron al local bancario de Córdoba y Mitre un oficial de Justicia y una de las secretarias del juzgado quienes lograron la restitución del 70 por ciento correspondiente a una suma superior a los 10 mil pesos. No obstante, Maximiliano Toricelli, abogado e hijo del demandante, consideró a la situación como "desagradable" y agregó: "Tendrían que haber cumplido directamente, sin trabas". Es que, junto a los representantes judiciales debió bajar al tesoro para que les entregaran el dinero que, en principio, en el banco no quisieron efectivizar voluntariamente.
"Estoy más tranquilo. Pero es una situación desagradable porque, en definitiva vas a pedir lo tuyo y te sentís como si estuvieras robando", expresó taxativamente el letrado. Así y todo, los depósitos en dólares que ya cuentan con vía libre fueron incluidos en una cuenta a disposición del ahorrista en el propio BankBoston.
El abogado fundamentó la decisión que llevó a su padre a presentar el amparo. "Las medidas del corralito no son razonables y hay una violación a la ley de intangibilidad de los depósitos", subrayó. Además Toricelli no tiene trabajo, padece de una afección cardíaca y su dinero corresponde a una indemnización que le otorgó la empresa Telecom tras un retiro voluntario.
La city, al rojo vivo
La primera recuperación de efectivo del corralito coincidió con una nueva y violenta manifestación de ahorristas que también tuvo al Boston como blanco.
Un grupo de acorralados ingresó a las 14.30 al Banco Suquía (Santa Fe al 1200), pero cuando la custodia privada trató de impedirlo se produjeron algunas grescas con golpes de puño a la vez que varias personas se dedicaron a romper con martillos y hierros los blindex del frente. En total, 12 paneles de vidrio terminaron destrozados.
Conseguido su objetivo y vencida la resistencia de los vigilantes, los ahorristas entraron y, golpeando cacerolas y profiriendo gritos alusivos a la protesta, permanecieron más de media hora hasta que decidieron retirarse, pasadas las 15. El cacerolazo había comenzado a las 12.30 en el Nuevo Banco de Santa Fe, de San Martín y Santa Fe, donde los manifestantes permanecieron varios minutos hasta que se retiraron.
Luego se dirigieron a la Banca Nazionale del Lavoro (BNL), en Rioja y San Martín, donde forzaron la puerta y destrozaron vidrios. La protesta continuó en Rioja y Mitre. Allí, en el Lloyds Bank, habían sido cerradas las puertas, pero forzaron las persianas y destrozaron varios blindex, por lo que una ahorrista se lesionó levemente la mano. La protesta se dirigió al Boston, donde se efectuaban las gestiones de la medida tomada por la Justicia. Allí, los caceroleros pintaron graffittis y colocaron carteles con la frase: "Clausurado por ladrones". Las autoridades de la entidad crediticia impidieron que los caceroleros.