Año CXXXV
 Nº 49.396
Rosario,
miércoles  20 de
febrero de 2002
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Hesayne le pidió a Duhalde que opte por los más pobres

Monseñor Miguel Hesayne, obispo emérito de Viedma, recomendó ayer al presidente Eduardo Duhalde "armarse de coraje y coherencia evangélica" y optar "de verdad por los más pobres y excluidos, exigiendo a los que más poseen todo lo necesario para restablecer la equidad social".
En una carta, Hesayne le recordó a Duhalde que "esta coherencia y este coraje se le exige a quien jura por los Santos Evangelios", por lo que le recomendó que si no le es posible cumplir con esos mandamientos de equidad y justicia "renuncie a gobernar o renuncie a ser cristiano".
Advirtió entonces que "la Iglesia Católica, en la Argentina, está desnaturalizada por culpa de muchos católicos sin compromiso evangélico" y remarcó que "el Evangelio del Señor Jesús no es un manual de política, ni de economía, ni de cultura, ni de orden social y menos de gobernabilidad".
"Pero quien jura por el Evangelio, jura por sus valores éticos y se compromete hasta dar la vida -dado el caso- en el cumplimiento de las coordenadas esenciales del mensaje cristiano: búsqueda de la verdad, defensa de la libertad, cumplimiento de la justicia desde un real amor solidario. Si falta una de estas cuatro se viola el juramento", remarcó el prelado.
En este marco, le recordó a Duhalde que al iniciar su gestión había prometido "erradicar la corrupción generalizada" y hoy "los corruptos siguen premiados con el dinero que han robado al pueblo argentino".
"Por eso, su gobierno no hace la verdad ni defiende la libertad. La generalidad del pueblo argentino sigue oprimido por el hambre, la falta de medicamentos indispensables y atención médica y de un techo digno mientras los responsables de la miseria argentina gozan hasta de un irritante bienestar", advirtió.
Luego de expresar que el gobierno tampoco cumple con la equidad, Hesayne enfatizó que con la "caridad limosnera" o "ayuda social" no se cumple con la "justicia social".
"El primer derecho de un hombre o de una mujer es el trabajo dignamente remunerado", dijo, para admitir de inmediato que "es cierto que al hambriento de inmediato hay que darle pan pero al mismo tiempo, como es persona humana, hay que darle de inmediato un horizonte de recuperación de su derecho al trabajo".
El obispo recordó que durante años todos los gobiernos prometieron que "una vez arregladas las grandes finanzas y pagadas las deudas del Estado se iba a encarar la solución del problema social en forma digna", pero pasó el tiempo y hoy "los realmente pobres y excluidos de la Argentina siguen esperando engañados".


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