Año CXXXV
 Nº 49.396
Rosario,
miércoles  20 de
febrero de 2002
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"Sea cuando fuere me voy a presentar" a la Presidencia, dijo el ex mandatario
Menem volvió a pedir que se adelante el llamado a elecciones
Recomendó que de no salir de esta crisis, los comicios deberían hacerse este año o a principios del 2003

"Como están las cosas, si el gobierno, que en definitiva es nuestro gobierno, porque es un gobierno peronista, no puede sacar de esta situación tan difícil a la Argentina, creo que una de las salidas sería el llamado a elecciones este año, o a principios del que viene; si no, seguir aguantando hasta el 2003", dijo ayer Carlos Menem, quien además aprovechó para pasar el aviso de que está "totalmente en carrera" para la instancia comicial: "Sea cuando fuere, cuando sea, me voy a presentar a elecciones".
De esa forma el riojano aludió a la fecha límite del 14 de septiembre del año próximo que el gobierno de Eduardo Duhalde fijó como día de las primeras elecciones presidenciales del siglo XXI en la Argentina.
Menem tampoco dejó pasar la oportunidad para pedirle al pueblo que distinga "entre quienes condujeron victoriosamente al gobierno después de sacarlo de un infierno desde el 89 al 99, de este verdadero mamarracho que se incorporó el 10 de diciembre del 99 (con la Alianza) para conducir los destinos del país".
El ex presidente habló por una radio porteña, rompiendo un silencio de cerca de un mes, e insistió con su propuesta de dolarización, al tiempo que defendió su gestión al asegurar que "nunca Argentina estuvo mejor que entre el 89 y el 99".
Al defender la dolarización, remitió a "los editoriales de los grandes periódicos del mundo y las declaraciones de economistas de primer nivel y del subsecretario (sic) del Tesoro de Estados Unidos (Paul O'Neill), quien dijo que la solución para Argentina es la dolarización, algo que yo vengo sosteniendo desde hace más de cuatro años".
Pero si bien advirtió que el panorama actual "es realmente desalentador", enfatizó que no tiene "la menor duda" de que está garantizada la estabilidad democrática.
Menem atribuyó este hecho a "lo que nosotros hicimos" cuando se reprimió el último alzamiento carapintada, ya que desde entonces -aseguró- "las Fuerzas Armadas entendieron que no estaban para dar golpes, terminar con las instituciones y provocar situaciones como las que desgraciadamente tuvimos que soportar después del golpe del 55 y, especialmente, después del golpe del 76, con tantas muertes, torturas y desapariciones".
El ex presidente volvió a descartar, por otra parte, su influencia política sobre los cuestionados miembros de la Corte Suprema de Justicia al calificar esa visión de "estupidez total".
"Con la Corte no tengo ningún tipo de manejo, ni de influencia, ni de incidencia. Hemos respetado la institución como corresponde y ha funcionado normalmente durante los diez años y seis meses de mi gobierno", afirmó.
Y agregó: "Los cuestionamientos que se le puedan hacer ahora corren por cuenta de quienes impulsan esas medidas (sic), sin olvidar a sectores del gobierno y la comunidad que no terminan de entender lo que significa atentar contra una institución fundamental que hace a la defensa del derecho a la vida y el patrimonio del Poder Judicial".
Al referirse, asimismo, a las expresiones de repudio de la población contra los políticos, Menem aseguró que él se mueve "tranquilamente por la Capital, en toda la provincia de La Rioja" y además recordó que como está casado "con una chilena, voy a Santiago, me muevo por todo Chile, de punta a punta, y cuando por ahí tengo tiempo voy a Miami, donde también mi esposa tiene su vivienda".
Deploró entonces el episodio que vivió en la madrugada del lunes su hermano Eduardo, de características similares al que sufriera la semana pasada su antecesor en la Presidencia, Raúl Alfonsín.
Sin embargo, pareció justificar otras expresiones de descontento, como los cacerolazos contra el corralito, al considerar que "si a mí me privan de mis ahorros en todos los bancos del país, me meten en una especie de confiscación, tengo que protestar, expresarme para demostrar mi disconformidad".
Consideró "lamentable que por ahí haya algunos infiltrados" en esas manifestaciones, pero igualmente opinó que "es una forma de manifestar el descontento, porque si yo saco la plata de mi casa -quizás la tuve en el colchón para evitar que me la roben-, la pongo en las instituciones y me la roban lo mismo, ¿qué me queda por hacer?".
Al hablar sobre la desocupación, recordó que en el 99 dejó el poder con un índice del 13 ó 14%, mientras que Fernando de la Rúa abandonó el gobierno con un 20 ó 22%, en tanto que ahora, calculó, se ubicaría en "un 25% o un poco más".
Finalmente, estimó que "sería lamentable que la gente que vivía bien hasta el 10 de diciembre de 1999 no diferencie nuestra gestión, que llevó a la Argentina a ocupar un lugar de privilegio en el mundo, de la administración de la Alianza, que fue un verdadero desastre en todo el sentido de la palabra".



Para Menem, Argentina estaba mejor en su gestión.
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