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Visiones sobre los cortes de rutas

La lectura del editorial de La Nación del pasado miércoles 13, titulado "El corte de ruta, un recurso intolerable", me ha dejado boquiabierto. El tono virulento de esa diatriba dirigida contra un sector de la población que no tiene otra opción que recurrir a protestas de esa naturaleza para ser escuchado, no hace más que corroborar que, a juicio de ese diario, aquí existen ciudadanos dignos de atención y otros cuyos derechos están supeditados al color de la piel, a su extracción social. Al parecer, los habitantes de la ciudad de Buenos Aires pueden cortar a su antojo calles y avenidas cuando salen a reclamar, cacerola en mano, por el dinero que les ha sido confiscado. No he visto que el diario nombrado hubiera destinado siquiera una mísera línea para quejarse por el aquelarre en que se transforma el tránsito porteño cuando quienes lo entorpecen son vecinos de Belgrano, Caballito, Barrio Norte o Palermo. El 44,2 por ciento de la población argentina está sumergida en la pobreza más abyecta. El 23,7 por ciento de la población económicamente activa del conurbano bonaerense, está desocupada. Y nadie les presta atención. Ni este gobierno ilegítimo, fruto de un melancólico contubernio político, ni los grandes medios de comunicación.
Hernán López Echagüe