Año CXXXV
 Nº 49.396
Rosario,
miércoles  20 de
febrero de 2002
Min 19º
Máx 27º
 
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cartas
Crítica al festival Cosquín Rock

Acallados los últimos acordes del Cosquín Rock 2002, y tras un clima de mediana euforia que reflejan los medios nacionales y los de la provincia de Córdoba acerca del éxito del encuentro
-en medio de semejante crisis nacional-, cabe, a mi criterio, la posibilidad de alguna crítica hacia la organización del festival. La selección y distribución de las bandas terminó siendo una carga para la gente y un peligro de repudio para los músicos, ya que en nombre de una declamada "democracia musical" la gente que fue a ver a Las Pelotas terminó abucheando a Babasónicos y los "piojosos" terminaron muy cansados con el show de El Otro Yo. La calidad del sonido fue pésima. Solo zafaron Attaque, Los Piojos, La Mississippi y Divididos. Por otra parte, el público fue "acorralado" en la plaza Próspero Molina y nadie podía salir por doce horas una vez cortado el ticket. Esto obligaba a consumir en las ventanillas donde los chicos se apiñaban para pagar dos pesos por una cerveza de 660cc, mientras que a diez metros la de litro salía solo uno. Además, sólo se vendía la marca de cerveza que auspiciaba el festival. También, los periodistas tuvieron que peregrinar por toda la ciudad para conseguir su acreditación. Sabiendo que los chicos iban a copar los lugares públicos, no se previno la instalación de baños químicos en sitios clave. Recién el sábado la plaza San Martín tuvo un par de sanitarios. No se anticipó que en los días del festival las entradas subirían de precio. Indudablemente que el esfuerzo de los productores José Palazzo y El Perro es loable, pero afinando ciertos detalles Cosquín Rock terminará siendo la fiesta que todos queremos. Ojalá que sepan escuchar las críticas y no sólo las loas, a veces un tanto exageradas.
Carlos Alberto Cardozo


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