Luis Castro / La Capital
Al final, Julio Alberto Zamora optó por no hacer ninguna variante y confiar en los mismos 11 que rescataron un empate el viernes último en su debut como técnico. Días atrás había dado a entender que existía la posibilidad de variar el esquema y jugar con dos delanteros en vez de uno, es decir que iba a ingresar el delantero Darío Gigena en lugar del volante ofensivo Elvio Martínez. Pero ayer el entrenador echó por tierra esa alternativa y confirmó que el equipo no se tocará.
"No había una duda, sólo quería ver algunas cosas. El equipo contra Vélez funcionó bien y por eso vamos a jugar con los mismos", confió el Negro ni bien finalizó el entrenamiento que realizó ayer el plantel en el predio de Bella Vista.
"Vamos a enfrentar a un equipo que viene motivado por un gran triunfo con jugadores que en la mitad de cancha no tienen la velocidad de los de Vélez, por eso nos inclinamos por esta formación", abundó tratando de explicar la decisión adoptada.
Antes de confirmar el equipo los jugadores realizaron algunos ejercicios con pelota parada (sobre todo tiros libres ejecutados por Maximiliano Rodríguez) y finalizaron el día de trabajo con un fútbol reducido. Y como sucedió la semana anterior, el técnico no hizo fútbol con los titulares.
"Hay que demostrar que lo de Banfield fue casualidad y que ante Vélez se vio realmente el equipo de Newell's", sostuvo convencido Zamora, quien esta noche hará su presentación como técnico en el Coloso y ante los hinchas.
La prueba a superar no es nada sencilla, porque enfrente estará un Independiente que viene motivado tras quedarse con el clásico de Avellaneda. Y la necesidad -al igual que los del Parque- que tiene el conjunto de Néstor Clausen de lograr buenos resultados y hacer una buena campaña servirá de condimento para que el choque sea entretenido y de ida y vuelta. Por lo menos esa es la sensación que se desprende de las declaraciones de los jugadores y del pensamiento de los cuerpos técnicos.
El karma del Coloso. A Newell's su estadio no le sienta bien y las victorias no abundan. En el torneo Apertura y bajo la conducción de Juan Manuel Llop -quien había hecho achicar la cancha cuando se hizo cargo del equipo- sólo consiguió dos triunfos. El último se produjo ante Huracán a fines de noviembre, después nunca más pudo ganar (los rojinegros obtuvieron una igualdad ante Boca en el partido postergado que se disputó a comienzos de este mes).
Hoy Julio Alberto Zamora está ante una buena oportunidad de empezar a revertir esa mala racha. Los hinchas parecen sentirse huérfanos de victorias y cada vez exigen más. Claro que enfrente estará Independiente, un equipo que quiere resurgir y volver a ser el de antes. Y por eso la empresa será complicada.
Newell's viene de un buen empate ante Vélez en este inicio del ciclo de Zamora. Un resultado que permitió cambiar el ánimo del plantel y de los hinchas. Y un triunfo esta noche, que sería el primero del año, seguirá alimentando ilusiones.
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