Eugenia Langone / La Capital
Si no aparecen nuevas ofertas, las líneas de la ya caída empresa Manuel Belgrano pasarían a manos de la Municipalidad por un período "de transición". Así, a 41 años de la privatización del transporte público de pasajeros, parte del servicio podría volver a la órbita del Estado. Lo cierto es que para el secretario de Servicios Públicos, Miguel Lifschitz, "ninguna de las propuestas que se presentaron para hacerse cargo de las líneas 119, 121, 122, 123, 125 y Rosario-Pérez son viables". Y tal como lo propusieron los vecinos de la zona oeste, el funcionario aseguró que "se está trabajando en la posibilidad de que el municipio se haga cargo de su funcionamiento porque si no aparecen otras propuestas, el servicio se tiene que prestar de alguna manera". Aunque ya estaba todo dicho, el contrato de concesión de la firma Manuel Belgrano caducó ayer formalmente. Pero tanto la oferta de la Unión Transitoria de Empresas Integral Bus y Etar como las propuestas de las firmas Ideal San Justo y de Provincias Unidas, que sólo quiere quedar a cargo de la línea 119, "carecen de consistencia". "El problema es que ninguna garantiza que va a poner en marcha el servicio inmediatamente con la cantidad de unidades necesarias. Y no hay muchas alternativas porque si no aparecen nuevas ofertas, nos vamos a tener que hacer cargo", explicó Lifschitz. Por eso es que la Secretaría de Servicios Públicos ya está trabajando en delinear un proyecto para que la Municipalidad esté lista para gerenciar las seis líneas en caso de que sea necesario. Y el propio Lifschitz admitió que se estuvieron haciendo "averiguaciones" sobre cómo "alquilar unidades". Pero claro que hay que poner en orden algunas cuestiones técnico-burocráticas . El marco jurídico en el que funcionarían es uno de los problemas a solucionar, al igual que el del espacio físico -más precisamente un galpón- para dejar los coches. Lo único que ya estaría resuelto es el tema del personal porque se mantendrían los puestos de trabajo de los actuales choferes. Mientras que ahora volver a poner el transporte en manos municipales parece ser la única salida a la situación de emergencia, a comienzos de la década del 60 privatizar fue la solución. En ese momento, tanto los ómnibus como los trolebuses y los tranvías estaban en manos de la Empresa Municipal de Transporte de Rosario (EMTR), que prestaba un servicio "pésimo". Fue allí que el entonces intendente de la ciudad, Luis Cándido Carballo, comenzó a fogonear la privatización del servicio porque eran las únicas con capacidad económica para mejorar la comodidad y seguridad de las unidades. Así, el 29 de noviembre de 1960 el Concejo Municipal aprobó la ordenanza que le otorgó a la Municipalidad el instrumento legal que necesitaba para regular el funcionamiento del transporte en manos de empresas privadas: régimen de concesiones, caducidad de las mismas, requisitos y obligaciones, personal, horarios, régimen fiscal, inspección y estadística. Y en el 61 el servicio ya era privado. Lo cierto es que la situación en la que se encuentran desde hace un tiempo las líneas de la Manuel Belgrano tiene algunas similitudes con el servicio que a fines de la década del 50 prestaba la Empresa Municipal de Transporte Rosario: pocas unidades y muchas demoras. Como muestra, en la esquina de Mitre y Santa Fe, los usuarios del 121 esperaron ayer una hora el colectivo que los llevaría a la zona oeste porque sólo estaban circulando tres unidades. "Esto es increíble porque la espera nunca es menor de 45 minutos", se quejó Francisca, una jubilada que aguardaba el 125. Agustina esperaba el 122, pero no lo pudo tomar: "Pasaron tres en dos horas y media, y estaban repletos", se quejó. Y Liliana se despachó: "Todos los días llego tarde al trabajo por culpa del colectivo que no viene, pero lo peor es que la Municipalidad no hace nada". Así, la escena se repitió en las paradas de cualquiera de las seis líneas de la empresa Manuel Belgrano. Claro, la gente sólo quiere una solución.
| |