Un suboficial de la policía provincial fue atacado a puñaladas al intentar reducir a un delincuente al que sorprendió en el interior de su auto particular. El ladrón y el agente se trabaron en un forcejeo que culminó cuando el maleante extrajo un arma blanca y le aplicó tres puntazos a su víctima para luego escapar a toda carrera. El hombre herido, en tanto, tuvo que ser internado en un centro asistencial y su estado de salud era ayer delicado.
El violento episodio ocurrió el viernes entre las 22 y 22.30. El cabo primero Ramón Santos Carnaza, quien trabaja en la brigada de calle de la seccional 10ª, se encontraba entonces cenando en el restaurante Bella Nápoli, en la esquina de Tucumán y San Nicolás. El comercio está situado apenas a una cuadra de la seccional 7ª.
Con una sevillana
Según relataron distintas fuentes, Carnaza estaba vestido con ropa de civil y ocupaba una de las mesas que está muy cerca de los ventanales que dan sobre calle Tucumán. El policía, que llegó solo hasta el local, había dejado estacionado su Peugeot 505 color gris muy cerca de la ochava sureste de esa misma esquina, es decir que podía ver el rodado sin ningún inconveniente desde el interior del local. Testigos del episodio contaron que estaba degustando una parrillada cuando de golpe se percató de que adentro de su coche había una persona extraña.
"Se levantó rápido de la silla y salió corriendo a la calle", comentaron a La Capital testigos del restaurante Bella Nápoli. Según esa versión, Carnaza cruzó la calle y sorprendió al ladrón cuando estaba dentro del coche. Entonces el policía extrajo su arma reglamentaria y sacó al ladrón "de los pelos" hacia fuera. "El policía puso al delincuente contra el piso y tenía su arma apuntando hacia arriba", comentó una mujer que presenció el hecho.
A esa altura la situación era más que tensa, ya que el restaurante estaba bastante concurrido. Uno de los encargados del negocio corrió junto al policía y al observar que el delincuentes estaba controlado, le dijo a Carnaza: "Enseguida llamo a la policía". Y entonces allí se produjo la reacción del maleante, que sacó una sevillana o un cuchillo y comenzó a tirarle puntazos al cabo en diferentes partes del cuerpo.
"El ladrón le pegaba puntazos por todos lados y el policía tuvo que irse para atrás y disparó su arma al aire. Pero una bala pegó en el frente de una casa", relató la testigo que estaba en el restaurante. A todo esto, el policía ya perdido mucha sangre y comenzó a sentirse mareado. El delincuente huyó a pie, aunque ayer nadie supo precisar en qué dirección.
Carnaza fue auxiliado en el mismo restaurante, desde donde se llamó a una ambulancia. "Perdió mucha sangre y decía que se estaba descomponiendo porque le faltaba el aire", recordó la misma testigo. Después fue conducido al Centro de Emergencias Rosario. Allí, según fuentes policiales, se comprobó que había sufrido tres heridas cortantes, una de las cuales alcanzó a tocar un pulmón. El policía evolucionaba bien, pero ayer a la tarde estaba alojado en la sala de terapia intensiva.