Año CXXXV
 Nº 49.393
Rosario,
domingo  17 de
febrero de 2002
Min 19º
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Mercados: El dólar dio una semana de tregua
Para los fondos acorralados la mejor opción que se presenta en estos momentos es tomar un bono a diez años

Salvador Di Stefano

La cotización del dólar siguió en torno de los dos pesos en una semana en donde operó una tregua debido a un escenario de iliquidez crónica y faltaron no sólo pesos sino también patacones y lecop.
El dólar se ubica en un precio lógico, ya que si toma la base monetaria y las monedas secundarias emitidas y se divide por las reservas netas, da como resultado que 1,94 es el precio de equilibrio para la moneda estadounidense.
De aquí en adelante el mayor o menor valor del dólar estará sustentado por el ingreso o egreso de reservas en el Banco Central (BCRA), como también por la mayor cantidad de dinero o moneda secundaria emitida.
Las reservas pueden aumentar por dos causas: a) un crédito internacional que venga a incrementar las reservas liquidas y disponibles; b) que el gobierno logre superávit fiscal y que esos fondos pasen a engrosar las reservas. Como vienen las negociaciones con los organismos financieros multilaterales, daría la sensación que se está muy lejos de poder conseguir fondos frescos, y por otro lado nada hace prever que este gobierno pueda conseguir el tan ansiado superávit fiscal.
Es más, en el proyecto de presupuesto para el 2002 se prevé un déficit de tres mil millones de pesos; en tanto, estimaciones privadas dan cuenta de la posibilidad de que en el primer trimestre del año el déficit del sector público se ubique en los 2.500 millones de pesos, lo que implica que en tres meses el gobierno se consumirá el 82% de la pauta de déficit fijada para todo el año.
La mayor salida de reservas podría darse en el marco de un aumento en la desconfianza del público, que estaría dispuesto a resignar consumo para atesorar la moneda estadounidense. Esto último parece muy probable en el escenario actual.
Como resulta probable que durante este año el gobierno tenga más déficit, es posible una mayor emisión de dinero de curso legal. Como el déficit no sólo es patrimonio de la Nación, sino que los estados provinciales también tienen cuentas deficitarias, y gozan de la potestad de emitir bonos con forma de billete, las monedas secundarias también pueden crecer, y esto derivar en una mayor oferta de moneda que terminara depreciando al peso frente al dólar.
Como puede observarse, nada hace prever un escenario positivo a mediano plazo. Todos los caminos conducen al dólar billete.
La vuelta del ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, de Estados Unidos con una mano atrás y otra adelante, adonde fue en busca de fondos, necesitaba: a) destrabar el blindaje financiero que Argentina había recibido en diciembre de 1999 con un desembolso pendiente de 12.500 millones de dólares y tres mil millones de dólares adicionales del desembolso aprobado en septiembre de 2001; b) conseguir fondos frescos para fortalecer las reservas liquidas y disponibles, como también financiar el déficit del año en curso; y c) estudiar la posibilidad de un desembolso de fondos para reestructurar el sistema financiero, impositivo y el de coparticipación federal.
De todo esto sólo consiguió una visita oficial para la semana que se inicia y comenzar a discutir un desembolso de fondos dentro de 60 días, con lo cual el mensaje fue póngase a trabajar en serio, cambien el presupuesto y veten la ley de quiebras.
La respuesta del gobierno argentino no se hizo esperar, ni vetaron la ley de quiebras y tampoco muestran voluntad para cambiar el presupuesto, ante lo cual los desembolsos de fondos nunca llegaran y la incertidumbre seguirá vigente en el mercado en los próximos 45 días que serán muy difícil de sobrellevar sin dinero constante y sonante.

Los ahorristas a cuidarse
Párrafo aparte para los ahorristas, que en esta segunda quincena deben definir que hacer con el dinero inmovilizado en plazo fijo. Lo mejor es utilizar el plazo fijo pesificado para comprarse un bien registrable y entregar este instrumento como forma de pago si es que hay alguien que lo tome.
En verdad esto podría ocurrir porque el plazo fijo puede ser utilizado para cancelar deudas bancarias. Por lo tanto, si la reglamentación saldría tal cual se anunció en esta columna, el mejor camino es comprar algo y al menos tocar un bien registrable y no tener un papel de dudoso cumplimiento.
Quienes no desean adquirir nada, lo mejor seria pedir un bono en dólares a diez años de plazo. La respuesta a esta afirmación es "¿quién me pagará un bono de un país en default?", la cual se responde con otra pregunta "¿usted cree que pesificando el plazo fijo y esperando la reprogramación no perderá mucho más en términos de dólares?".
En la medida que la recesión siga acrecentándose no hay posibilidades de que los individuos y las empresas paguen en tiempo y forma los préstamos, por ende se hará muy difícil devolver los depósitos. En el año 2003 hay que devolver depósitos por un monto de 11 mil millones de pesos, y a este ritmo todo hace suponer que la reprogramación de la devolución de depósitos a plazo fijo será seguramente reprogramada.

Las garantías
Por lo tanto, ir a la reprogramación no da una garantía cierta de cuando se recibirán los depósitos. En cambio, al tener un bono en dólares está la certeza de que dentro de diez años se recibirá el 100% de los depósitos que se realizó, y si no se puede esperar ese plazo, tendrá un bono que lo puede vender cuando necesite fondos, algo que es mucho más difícil con un plazo fijo reprogramado y vuelto a reprogramar.
Un bono a diez años hoy cotiza a un 25% de su paridad, mucho o poco se tiene un valor; en el otro caso, sólo queda rezar para que su desvalorización sea la menor posible, ya que está en pesos y sin fecha cierta de pago.
Conclusión: todo hace suponer que el dólar subirá. El viaje del ministro de Economía a Estados Unidos fue un fracaso y la reacción del gobierno enfrió aún más la relación, que ahora esta bajo cero. Para los tenedores de plazo fijo lo mejor es comprar un bien registrable o un bono en dólares, pesificar es ver como el dinero se va como el agua entre los dedos.


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