El sector de la construcción ha registrado el nivel mas bajo en la historia argentina, el sector inmobiliario que comprende venta y alquileres está totalmente paralizado y ambos lo vienen expresando públicamente. Es imperioso dinamizarlos en virtud de no requerir divisas por utilizar insumos nacionales, absorber mano de obra disminuyendo el desempleo y generando actividad en numerosas industrias nacionales.
Por ser contratos de ejecución diferida es imperioso ajustarlos en el tiempo de su cumplimiento, por lo que el ajuste monetario en el ámbito de la vivienda y los préstamos hipotecarios es indispensable ya que la filosofía de ese reajuste es que el que recibe un préstamo devuelva al sistema las sumas necesarias para que el mismo pueda seguir prestando la misma cantidad de metros cuadrados a los compradores de inmuebles posteriores.
Por ello es necesario generar mecanismos de ajuste entre las partes vinculadas con el objeto de que los contratos en curso y/o de ejecución diferida con prestaciones recíprocas pendientes -como es el caso de la construcción de obras, alquileres o prestamos- sobre la base de la utilización de índices periódicos que corrijan los valores nominales pactados.
Ese ajuste debe ser para todos, incluyendo los salarios, ya que sino estos perderán su valor adquisitivo y de cancelación, lo cual generará problemas sociales no deseados de difícil contención y que es una de las preocupaciones a nivel tanto nacional como en el exterior.
En efecto además de lo expresado por varios obispos de la Iglesia, hace pocos días el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, decía que su preocupación surgía "por lo que veo en TV sobre el malestar social", y el director gerente del FMI, Horst Köhler, mencionaba que "nos preocupan profundamente los disturbios sociales y las penurias que está sufriendo Argentina".La incorporación del ajuste salarial permitirá que la persona que percibe ingresos fijos pueda abonar su préstamo o deuda a valor ajustados.
Los ajustes monetarios
Los ajustes son los mecanismos de corrección monetaria, para obtener una "unidad" -que debería ser la moneda- que permita la transacción de bienes y prestaciones recíprocas, que se deben cumplir en el tiempo, y que corrigen los valores nominales pactados en los contratos de diverso contenido.
El índice representa la relación de los montos en pesos que en determinado momento cuesta hacer el mismo producto, o comprar la misma cantidad de insumos de una canasta tipo, definida en el año base. Surge que para el caso de que los precios de los distintos insumos no crecieran, el índice permanecería constante, cosa que no ocurría con la ley 1050 que contenía solo la tasa testigo de interés, que provocó las distorsiones no deseadas.
El Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) se conformará en base al Indice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Indec y que se usará para indexar las deudas pesificadas y los numerosos depósitos atrapados en el corralito.
La estructura del CER tendrá en cuenta la inflación del mes anterior, por lo que su ajuste al ser por tasa vencida, según la inflación pasada, no es un pronóstico sobre cuál será la inflación del mes siguiente.
El hecho de que el ajuste solo se aplique a las deudas bancarias y no bancarias contraídas en dólares y sobre los depósitos, no alcanzando a los alquileres, contratos o deudas no bancarias que están en pesos, como tampoco a los nuevos contratos, alquileres o deudas que se pacten en pesos o en dólares, genera una discriminación que afectará a las partes y a las operaciones futuras.
Se debe descartar la preocupación entre el público -diría terror- que estos ajustes puedan convertirse en aquellos de la tristemente recordada circular 1050 del BCRA, situación que no se producirá, pues la estructura de aquel Indice de Ajuste Financiero (IAF) se conformaba en función de capitalizar en forma diaria y continua con una tasa flotante representada por la tasa testigo a 30 días (TT 30).
Por qué no son la misma cosa
El resultado de la aplicación de ese ajuste es que el mismo IAF crecía siempre, aunque todos los demás indicadores que median la inflación permanecieran constantes, dándose el absurdo que sin que hubiera inflación el índice de ajuste IAF crecía igual por estar en función la TT 30 nominal.
La única forma de que el ajuste IAF no creciera era si la TT30 nominal fuese igual a cero, situación que implicaría que el público estuviese dispuesto a depositar sus pesos a interés nominal nulo, y que para que el ajuste IAF disminuyera, que la TT 30 nominal debería ser negativa, que seria el caso de Suiza donde algunos bancos, en determinadas líneas cobran una tasa a extranjeros (interés negativo) para aceptar depósitos en determinadas divisas, equivalente a una prima de seguro frente al riesgo que comporta le operación.
(*) Presidente de la Comisión de Economía
del Centro Argentino de Ingenieros