Fabiana Monti / La Capital
Roberto Ardenghy es consejero comercial de la Embajada de Brasil en Argentina. Asesora a las empresas que quieren afianzar sus relaciones con el vecino país. Considera que la devaluación ayudó a limar asperezas entre los países y afirma que Brasil va a apoyar a Argentina en el camino del crecimiento. Reconoce que va a ser duro pero que se lograrán resultados. -¿Cómo se presenta el escenario para las relaciones comerciales entre Brasil y Argentina después de la devaluación? -El hecho de que Argentina devaluara es importante ya que es innegable las fuertes dificultades que había en las negociaciones por las diferencias en las políticas económicas. El cambio de rumbo nos trae facilidades para las negociaciones. En este momento Brasil está muy preocupado por la situación de emergencia, y cómo va Argentina a retomar el crecimiento después de lo que algunos economistas han considerado una "depresión". -Brasil manifestó su intención de ayudar a Argentina, ¿De que manera? -La intención del gobierno brasilero es destrabar algunas negociaciones en ciertos rubros. Por eso esta semana vino un equipo de técnicos a Buenos Aires y el presidente Fernando Cardoso vendrá este domingo (por hoy) también, dispuesto a retirar las trabas de productos argentinos como los alimentos, los lácteos. Es un gesto de voluntad. -Se comentaba de la intención de destrabar también el crédito. -La propuesta es reactivar el crédito al comercio exterior a través de un convenio recíproco que funcionó hasta comienzo de 1999 y permite que cualquier información se curse vía los bancos centrales de cada país. Funciona como una caja de compensación y fue suspendido por la diferencia de cambio. -¿Cuáles serían las otras medidas? -Otra medida que es importante para la región de Santa Fe es un nuevo acuerdo automotor. El que existe ahora fue negociado hace dos años y no produjo buenos resultados. Para que Brasil pudiera exportar una cierta cantidad de autos, Argentina debía importar una cierta cantidad y por la crisis no lo hacía. Finalmente se terminó paralizando el comercio en este rubro. -El cambio de política económica implicó la destrucción de las bases contractuales, sobre todo en el caso del comercio exterior. ¿Cómo se va a operar los acuerdos de empresas que ya estaban vinculadas comercialmente? -Es un problema muy serio para los que tienen que repactar las relaciones bilaterales. Deberán retomar las negociaciones con los importadores y también los contactos con los clientes que se han perdido. -Cuando fue la devaluación en el sudeste asiático y Brasil tuvieron precios competitivos pero les llevó tiempo reorganizar la estructura exportadora. ¿Cómo le puede ir a la Argentina? -Es lo que se llama curvas rotas. Cuando se devalúa, la primera tendencias que las exportaciones bajen, pero luego vuelven a subir. Es un fenómeno que pasa en todo el mundo. En el caso de Brasil, devaluó su moneda en el 99 y el primer año peleamos por aumentar las exportaciones pero recién lo conseguimos a comienzos de 2000. Mucho más difícil que ganar mercados es recuperarlos. Por eso es importante una fuerte política de comercio exterior. -O sea que el proceso va a ser lento. ¿Brasil va a tener paciencia? -Seguramente que va a llevar tiempo y Brasil va a apoyar a la Argentina porque sabe que es su parceiro (socio) más importante dentro del Mercosur. -En su visita a Brasil, el ministro de la producción De Mendiguren formuló la propuesta de asociación de empresas. ¿En qué consistiría esas asociaciones? -La idea es trabajar la cadena productiva de los sectores. En ejemplo es el caso del calzado. Siempre fue un sector peleado y se criticaba la entrada de productos brasileros. Argentina es un excelente productor de cueros y de calzado masculino mientras que Brasil lo es en zapatos femeninos. Hay una cadena productiva que se puede integrar y luego ganar terceros mercados.
| |