Editorial

El Concejo se ajusta

El Concejo Municipal de Rosario resolvió adecuarse a los tiempos que corren en la Argentina -crisis inédita con quiebra del Estado, default interno y externo y extrema pobreza- y redujo sus gastos a la mitad. En una sesión algo tumultuosa, el viernes los ediles de la ciudad aprobaron un recorte de casi siete millones de pesos anuales. También se decidieron a disminuir sus sueldos, la cantidad de personal y la mitad del dinero destinado a los famosos asesores, muchos de los cuales cumplen una excelente labor pero que coexisten con aquellos que siempre fueron vistos como una "chapa" para sólo cobrar un sueldo a fin de mes.
El Concejo Municipal tiene ahora la posibilidad de demostarle a la sociedad que se puede legislar para la gente con menos recursos y con un mejor manejo de los dineros públicos. Sin embargo, en una sola sacudida seguramente no se han eliminado todos los vicios que vienen del pasado. Una vez hecho el trabajo más grueso se debería comenzar a verificar con mayor minuciosidad todas las instancias presupuestarias y determinar con mayor precisión si continúa habiendo privilegios o gastos inútiles.
De 207 empleados que figuran en la nómina quedarán sólo 65. El resto pasará a engrosar la planta de la Municipalidad de Rosario que, por estos días, mantiene un conflicto por el sindicato por el anunciado recorte de salarios.
Una de las tareas pendientes del ya ajustado cuerpo legislativo es verificar que todos los trabajadores -que quedan en el Palacio o que pasan al municipio- cumplan efectivamente tareas y que se ponga fin de una vez por todas al remanente de "ñoquis" o situaciones laborales injustificadas que todavía puedan existir.
Tras haber tocado fondo la Argentina ha iniciado un nuevo rumbo, liderado por la gente que no tolera más abyectas prácticas políticas de privilegio e inequidad. Lo del Concejo es auspicioso para la sociedad pero de ahora en más habrá que barrer también debajo de la alfombra para encontrar lo que todavía puede permanecer oculto para intentar seguir sacando provecho de los dineros públicos.