Año CXXXV
 Nº 49.393
Rosario,
domingo  17 de
febrero de 2002
Min 19º
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Sol LeWitt pintó los muros de la Fundación Proa de Buenos Aires
El trabajo será tapado al finalizar la exposición. Sólo quedará documentado

El norteamericano Sol LeWitt, uno de los artistas fundadores del movimiento de "arte conceptual", ha diseñado para la Fundación Proa de Buenos Aires un proyecto especial, con construcciones de pintura mural (wall paintings) que fueron realizadas por un equipo. Los murales diseñados para Proa deberán ser tapados al finalizar la muestra y sólo quedarán documentados a través de su publicación en un catálogo.
Un trabajo muy minucioso requirió la construcción de los wall paintings ya que las paredes preparadas para su ejecución exigieron el cierre de Proa por cinco semanas hasta su inauguración a mediados de diciembre. En ese lapso un equipo de diez estudiantes de bellas artes y arquitectura, bajo la dirección de un asistente, tuvo a su cargo plasmar la obra diseñada por LeWitt.
Nacido en Hartford, Connecticut, en 1928, Sol LeWitt se concentró en la producción de su propia obra a partir de 1964 y luego de haber trabajado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde entró en contacto con el arte que en ese momento comenzaba a romper con el expresionismo abstracto.
LeWitt realizó en 1965 su primera exposición individual en la que presentó piezas en tres dimensiones de líneas claras y definidas que cortaban el espacio. Un año más tarde, invitado por el curador del Jewish Museum, Kynaston McShine, participó en la histórica exposición "Estructuras primarias: jóvenes escultores norteamericanos y británicos".
Los trabajos del artista estaban compuestos por cubos abiertos de extremo rigor y pureza, que lo ubicaron en la corriente minimalista, que se oponía abiertamente al expresionismo abstracto que campeaba en los años 50 y ponía el eje en exacerbar la subjetividad y la emotividad. El principio del minimalismo era que "menos es más" y por ese camino propusieron el "cubo epistemológico", que planteaba la claridad, la literalidad y la simplicidad para el arte.
Para LeWitt, el cubo se transformó por su simpleza en la figura fundamental sobre la que construyó una serie virtualmente infinita de combinaciones usando sistemas matemáticos contrarios al gesto expresionista.
En 1967 publicó sus célebres "Paragraphs on conceptual art" texto que se transformaría en una suerte de manifiesto del movimiento de arte conceptual que surgía en esa época. Allí planteó abiertamente la supremacía de la idea sobre la materialización de la obra, en una línea que hacía hincapié en que el arte debía dirigirse más a la mente del espectador que a su mirada.

Buscando formas simples y lógicas
Desde ese momento se afianzó en la búsqueda de formas simples y lógicas que permitieran poner en un segundo plano el proceso de realización. El foco de interés quedó vinculado a la idea que origina la obra y no a su construcción efectiva.
"En el arte conceptual la idea o concepto es el aspecto más importante de la obra. Cuando un artista usa una forma artística conceptual, significa que todos los planes y decisiones se toman previamente y la ejecución es un asunto secundario", apuntó. En un segundo texto afirmó que si un artista hacía arte conceptual, el proyecto y la decisión habían sido previstos antes, y la ejecución no era más que una "constancia". La obra, finalmente, es la idea y no el objeto.
A finales de la década del 60, el norteamericano comenzó a realizar sus wall drawings, trabajos que se transformarían en su marca distintiva a lo largo de los años. Esa intervención directa sobre el muro permitió a Lewitt jugar con diferentes formas geométricas para invadir el espacio a través de la fuerza de sus líneas y colores.
Durante los años 70 desarrollaría este tipo de trabajos, junto a nuevas estructuras y dibujos, explorando sus posibilidades teóricas y estéticas.
Una década después continuó los trabajos de estructuras y transformó las líneas simples que habían originado los wall drawings en bandas: los cuadrados fueron reemplazados por cubos y los triángulos por pirámides, entrando a una forma más estrecha con el espacio arquitectónico. Más tarde incorporó bloques de concreto para sus estructuras.
En los últimos años, LeWitt se dedicó a realizar obras por encargo para sitios específicos, concentrándose en los desafíos que cada lugar en particular le presentó para la realización de su obra. Estas obras siempre son pintadas por los ayudantes, quienes reciben las órdenes antes de iniciar la ejecución. En definitiva, son ellos quienes concretan la idea del artista. Esta acción pone en evidencia la puesta en duda de las nociones de autor, pieza única e irrepetible y de mercancía artística.
El público puede visitar la exposición de martes a domingos, de 11 a 19, en Proa, Pedro de Mendoza 1929, Buenos Aires, a metros de Caminito.


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