Bigand. - El autocamping de esta localidad convoca a cientos de turistas cada fin de semana. Motivos no faltan. Es un lugar accesible, económico, con un predio espacioso y arbolado, una pileta de agua salada y la frescura de un modesto curso de agua, el del arroyo Saladillo, ingredientes necesarios para olvidarse del corralito, del ajuste y de la devaluación. Pero hay una atracción que ganó fama zonal, el baile del pata-pata. Todos los viernes, a la luz de la luna, los jóvenes bailan descalzos en una pista de arena.
El autocamping de Bigand, uno de los tantos para vacacionar en la región, tiene 28 hectáreas que unos dos mil árboles se encargan de convertir en un agradable paisaje. Está ubicado a 8 kilómetros de la localidad, en la intersección de la ruta Nº 178 y el arroyo Saladillo. Pertenece a la Asociación Mutual Sporting Club Social y además de una atractiva pileta de agua salada, contiene un circuito de automovilismo zonal.
Para el presidente de esa institución, Omar Babini, la infraestructura es ideal para pasar unas vacaciones a bajo costo sin viajar demasiado. Los no socios deben abonar 2,50 pesos por persona y por día, mientras que instalar la carpa o trailer cuesta tres pesos diarios. La entrada habilita para utilizar todos los recursos disponibles: parrilleros, sombrillas, duchas, pileta y la práctica de distintos deportes.
La piscina es de forma irregular, con agua salada extraída de napas de más de 40 metros de profundidad. "Esto es una gran ventaja", aseguró Babini. El agua se cambia tres veces por semana y la higiene está garantizada por las mismas características del líquido. A unos diez metros de la pileta, el arroyo Saladillo bordea uno de los extremos del camping agregando una nota de frescura natural al conjunto. Los domingos, una radio abierta para pasar mensajes y saludos ameniza la tarde.
"Es el entretenimiento del día, los chicos pueden pescar con una cañita porque no hay ningún peligro, mientras los grandes toman mate a orillas del arroyo que tiene un ancho de diez metros pero es muy playo", comentó Babini. Pero hay un detalle que comenzó hace una década y ganó fama zonal, el baile del pata-pata.
El pata-pata
Se trata de un baile en la arena, con música y luces, como en una confitería. A un peso la entrada todos los viernes llegan hasta dos mil chicos que disfrutan de la brisa mientras bailan descalzos desde las 22 hasta las dos de la madrugada. Rosario, Carcarañá, Pergamino, Firmat, Elortondo, Casilda, Venado Tuerto, Máximo Paz, son algunos de las localidades desde donde llegan los jóvenes.
"Van llegando al atardecer, pero algunos vienen los jueves y acampan para esperar el baile", relató Babini. La original actividad suele ser acompañada por el ojo vigilante de algunas familias que aprovechan para "llevarse un asadito y cenar mientras los chicos se divierten", explicó el presidente de la Asociación Mutual Sporting Club Social de Bigand. Cuando la fiesta comienza algunos matrimonios también se largan al ruedo para disfrutar bailando", acotó.
El Club se esmera en mantener y mejorar el autocamping. Cada temporada se anexan servicios y atracciones. Pero en invierno y otoño el lugar también está abierto aunque con menos prestaciones. Así se organizan las carreras zonales de automovilismos y el tradicional picnic de la primavera. El lugar también es visitado por escuelas e instituciones para realizar campamentos y cursos de supervivencia. "Esto es aire libre, es naturaleza, muchos de los que acampan aprovechan para hacer largas caminatas", apuntó.