Mark Steines
Russell Crowe se prepara otra vez para la ceremonia de los Oscar. El actor neocelandés fue nominado por su rol protagónico en "Una mente brillante", dirigida por Ron Howard, que se estrena el jueves próximo en Rosario. Crowe ya ganó una estatuilla de la Academia el año pasado por su actuación en "Gladiador" y también fue nominado en el 2000 por su papel en "El informante". "El Oscar no cambió nada respecto a lo que pienso sobre mi propio trabajo. Todavía estoy muy insatisfecho, pero creo que como actor, eso es saludable", dijo la estrella, quien agregó que tiene "un concepto muy elevado de la Academia de Hollywood". En "Una mente brillante" Crowe interpreta al premio Nobel de matemáticas John Forbes Nash Jr., quien padece esquizofrenia. El filme está basado en una historia real. Una de las mayores dificultades con las que se encontró Crowe a la hora de preparar el personaje fue que, pese a la notoriedad de Nash en los círculos matemáticos, no había ninguna filmación de él cuando era joven. -¿Cómo resumirías el argumento de la película? -En la superficie parece otro esfuerzo de Hollywood por retratar la vida de un genio loco que gana el premio Nobel, pero la película esconde una historia humana que es mucho más profunda que todo eso. Es sobre un romance que se extiende por cinco décadas, y el amor que conlleva ese romance. -El director Ron Howard dijo que vos le confesaste que te costó dejar el papel una vez terminada la película, ¿por qué te resultó difícil deshacerte del personaje? -Cuando reflexiono sobre la experiencia de la filmación, lo que más recuerdo es la calma que había en el set. Ron es un realizador muy ordenado, sabe lo que quiere y es muy específico. No me deja de sorprender que la mayoría lo considere un tipo simple que se lleva bien con todo el mundo, porque en realidad es un hombre muy intenso. Es un placer estar con él, es desafiante y también introvertido, y crea una plataforma desde la cual los actores pueden sentir esa energía calma que se genera en el set. Cuando uno interpreta un personaje hay conceptos que se te filtran y uno lo puede aplicar a su propia vida. Por eso siempre te queda algo de cada personaje. Es inevitable. -Tu vínculo de pareja en la pantalla grande parece único, porque tu esposa, interpretada por Jennifer Connelly, está tan enamorada que es capaz de quedarse con Nash cuando él se está volviendo loco, ¿por qué pensás que esa relación funciona? -Por el amor, esa es la única respuesta. Se trata de una relación de amor que se alimenta todo el tiempo. Estas dos personas están unidas por un compromiso muy fuerte, por eso Alicia Nash elige quedarse con su marido, incluso cuando él quiere que la relación se termine por su enfermedad. Si uno se casa, no es para decir: "Bueno, vamos a ver si funciona". Mis padres acaban de celebrar su 40º aniversario de casados, y si yo me caso quiero tenerlos a ellos como modelos. -Debe ser difícil en tu caso, y en el de todas las celebridades, mantener una relación estable, más con el acoso de la prensa, ¿cómo hacés para manejar eso? -Es cierto, y no hay una respuesta simple para semejante pregunta. Yo todavía sigo activo en la búsqueda de una compañera para mi vida, y tal vez sea posible encontrarla o quizás no. Eso se verá con el tiempo. Es una desgracia para mí, y para todos los famosos, que la maquinaria del chisme se tenga que estar alimentando continuamente. Yo compré una casa en Italia, aparentemente. También tuve hijos con diferentes mujeres en los últimos 18 meses. Todo eso de acuerdo a la prensa. Parece que apenas me acerco a una mujer la dejo embarazada. Debo tener el aliento más fértil en este ambiente (risas). -¿Creés que ese es el precio que hay que pagar por haber ganado un Oscar y ser famoso? -Yo estoy en una posición desde donde puedo elegir lo mejor que está disponible. Tengo la oportunidad de filmar con los mejores directores de la industria, y estoy trabajando en el más alto nivel en el arte más ilusorio que existe. Entonces se supone que debería soportar un porcentaje de basura. La gente me dice: "¿Por qué no dejás de hablar con la prensa?", porque creen que eso pararía todo el chusmerío. Pero no es correcto: de esa forma inventarían todavía más cosas y yo seguiría llamando la atención. -¿Vale la pena estar en esa posición? -Claro que vale la pena. Desde el punto de vista de mi trabajo yo no podría estar mejor. Claro que siempre hay un punto límite, algo que no podés soportar. Por ejemplo, no podés soportar que molesten a tu sobrino en la escuela porque publicaron alguna mentira en una revista. Pero si uno acepta que eso lo va a afectar, entonces te afecta. En mi familia fue todo lo contrario, porque nos mantuvo más unidos.
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