La superproducción "La gran estafa"; la nominada al Oscar "Amélie"; "Hogar, dulce hogar", un filme de un director goergiano que habita en Francia; y el argentino "Chúmbale", basado en la obra teatral de Oscar Viale, los cuatro estrenos de esta semana en los cines de Rosario bajo la mira de Escenario.
"La gran estafa"
*** \Intérpretes: George Clooney, Brad Pitt y Julia Roberts.
Dirección: Steven Soderbergh.
Género: acción.
Duración: 104 minutos.
Salas: Del Siglo, Monumental y Village.
Hollywood es la meca de la industria del entretenimiento. "La gran estafa", el último y mejor acabado producto de esta incesante maquinaria de sueños, demuestra que, más allá de una que otra magra cosecha, los grandes estudios saben bien qué quieren y cómo obtenerlo. La película es una prueba irrefutable de que la receta del éxito existe y que su misteriosa fórmula se esconde en las páginas de los libros de marketing que descansan en las bibliotecas de las mansiones que iluminan las colinas de la ciudad de Los Angeles. Porque poner al servicio del último director ganador del Oscar un reparto encabezado por varios de los más conspicuos socios del "club de los veinte millones de dólares" para rodar la remake de un éxito de los años 60 protagonizado por el Clan Sinatra no es una idea surgida de un rapto de intuición. Steven Soderbergh es un realizador dotado del raro talento de poder abordar diferentes registros cinematográficos con igual eficacia, y el elenco, encabezado por Julia Roberts, George Clooney y Brad Pitt, desborda de carisma. Si a eso se suma una historia que combina acción, suspenso y romance en dosis exactas se obtiene un entretenimiento capaz de mantener a los espectadores atornillados a las butacas hasta que empiezan a rodar los títulos. Y "La gran estafa" es eso, una vía de escape segura a los problemas cotidianos. Lo que hoy por hoy no es poco.
R.L.
"Amélie"
*** \Intérpretes: Audrey Tautou y David Kassovitz.
Dirección: Jean Pierre Jeunet.
Género: comedia romántica.
Duración: 122 minutos.
Salas: Monumental y Village.
"Amélie" comienza como una gran película. Imagen, texto, música y actuación se ensamblan a la perfección para narrar, con la magia de un irónico y emotivo cuento, la niñez de la protagonista. Después, en vez de ser la gran película que se esperaba, se transforma en un filme cuidado, interesante y con el sello de Jeunet, el director de "Delicatessen", pero no en una obra maestra. De todas maneras, es un filme que merece verse.
El sello de Jeunet es lo que salva al filme del aburrimiento. Allí donde el fluir de la historia se estanca, el estilo visual del director logra que la atención no decaiga. Jeunet trabaja como un artesano y eso hace la diferencia.
"Amélie" comparte con "Chocolate", de Lasse Hallstrom, el sentido de la fábula. Narra, con elementos fantásticos, una historia sobre la soledad. En "Amélie", que es superior a "Chocolate", todo el mundo está solo. Ese aspecto le da al filme una carga melancólica que deja flotando la pregunta: ¿Qué hace la gente con sus vidas? \Una de las respuestas la da el personaje el escritor fracasado: se vive la vida como un borrador, pensando que algún día se escribirá la gran obra, hasta que de pronto se comprende que ya no hay posibilidad de gran obra sino sólo ese despreciable borrador, lleno de tachones, ideas inconclusas, intenciones jamás concretadas que es la vida de cada uno. Y en el fondo, la sorpresa de que ese borrador también era bello, porque era lo único que se tenía.
En cuanto al Oscar, "El hijo de la novia" puede quedarse medianamente tranquilo frente a "Amélie".
F.T.
"Hogar, dulce hogar"
** \Intérpretes: Nico Tarielashvili, Lily Lavina y Otar Iosseliani.
Dirección: Otar Iosseliani.
Género: drama.
Duración: 120 minutos.
Sala: Village.
La película de Otar Iosseliani es interesante pero se olvida por momentos del espectador y lo sumerge en un letargo. "Hogar, dulce hogar" muestra la vida de un chico rico al que le gusta frecuentar a los vagabundos, un poco como en "Mi mundo privado", de Gust Van Sant.
"Hogar, dulce hogar" apuesta a un relato naïve, donde los hechos sean los que cuenten. Uno nunca sabe por qué los personajes actúan de la manera que actúan y tampoco se advierte un hilo argumental definido más allá de la deriva de la existencia. En ese sentido, el filme se pretende como una copia de la realidad sin mediaciones. A veces logra el interés que tiene lo cotidiano, pero otras sólo logra reproducir el tedio con tedio, es decir, aburre mostrando el aburrimiento.
Uno de los aspectos interesantes del filme es que el propio director se reservó un papel en la ficción. Representa al padre del chico rico. Es un hombre viejo aficionado a los buenos vinos, la práctica del tiro al blanco, los trenes eléctricos de juguete y la joven criada.
El filme es la primera muestra de Iosseliani en el circuito comercial de Rosario. Lo mejor que presenta es el cruce entre las clases sociales francesas, dejando entrever las grandes coincidencias que hay entre los dos extremos: los muy ricos y los muy pobres. Pero el ritmo lento aunque seguro del filme lo hace de difícil aceptación popular.
F.T.
"Chúmbale"
* \Intérpretes: Enrique Pinti, María Rosa Fugazot, Atilio Polverini y Alejandra Cotugno.
Dirección: Aníbal Di Salvo.
Género: comedia dramática.
Duración: 92 minutos.
Sala: Village.
"Chúmbale", la obra teatral que Oscar Viale escribió en 1971 y que se estrenó en su versión cinematográfica, conserva su vigencia en la representación que hizo el autor del autoritarismo. Treinta años después, los personajes son el reflejo fresco y reconocible de una facción que sobrevive en la sociedad como una herencia que dejaron la alternancia de gobiernos democráticos inestables y dictaduras.
La pieza, desarrollada en el marco cerrado del grotesco, es una metáfora de la miseria y la hipocresía y cada personaje muestra los vicios de una familia de clase media en declive liderada por Roque, a cargo de Enrique Pinti. En la casa conviven su mujer (María Rosa Fugazot), y sus hijas y yernos, uno de los cuales, a cargo de Marcelo Mazzarello, dispara el conflicto cuando decide pintar la habitación en la que vive con su esposa, contra la voluntad de Roque .
Hasta allí la vigencia del conflicto de un texto que merecía mejor tratamiento. Los ajustes de época que hizo el director Aníbal Di Salvo para contextualizar la historia son sólo superficiales. Las referencias a la actualidad llegan a través de la conductora de un noticiero televisivo que lucha contra un texto supuestamente cómico y hasta un monólogo teatral del propio Pinti.
Di Salvo no logra hacer creíbles a los personajes y dejó libradas a la idoneidad de algunos de los intérpretes y sus diferentes registros de actuación el desarrollo de los personajes, con lo cual el producto final es caótico. Tampoco contribuyen los rubros técnicos, con una iluminación y un sonido deficientes.
R.B.