El tenista argentino Mariano Zabaleta llegó el lunes a Chile declarando que estaba superado el incidente de hace dos años, cuando en un duelo por Copa Davis salió del estadio del Parque O'Higgins de Santiago en medio de una lluvia de sillas, sin embargo en la madrugada de ayer recibió botellas. En los bochornosos hechos de abril de 2000, derivados de la furia del público, el padre de Zabaleta resultó con un corte en el cuero cabelludo y el deportista juró -entre gruesas palabras- nunca más pisar territorio chileno. Sin embargo, el actual número 65 del ránking de la ATP ya estuvo dos veces con anterioridad en Santiago y Viña del Mar, y destacó que siempre ha recibido un trato preferencial y hasta llegó a declarar que está reconciliado por completo con el público chileno, al extremo de declarar: "Incluso han llegado a quererme". Mayúscula sorpresa debió llevarse cuando en la madrugada de ayer se retiró de la cancha principal del Club Naval Las Salinas de Viña del Mar (a 120 kilómetros al noroeste de Santiago), en medio de un lanzamiento de botellas de plástico tras doblegar en dos sets al chileno Marcelo Ríos, en la primera ronda del ATP chileno. El argentino se impuso en el primer set por 6/4 y en la segunda manga disputaba el tie break. Tras sacarse tres puntos de set levantó un 4/6 para llegar a un 8/6 a su favor y lograr un definitivo 7/6. La jugada que enardeció a los 4.500 espectadores fue cuando el Chino ganaba por 6/5 y logró un punto que todos celebraron porque era la igualdad a un set. Sin embargo, Zabaleta reclamó la bola como fuera y el juez de silla lo avaló. El jugador argentino saltó alborozado al vencer, miró al público (que lo hostilizó en el match igual que si se estuviera disputando una Copa Davis) y le arrojó su muñequera. Los gestos fueron mal interpretados y comenzaron a caerle objetos. Mariano Zabaleta se quedó en el centro de la cancha, con cara de no entender nada, mientras era protegido por dos jueces de línea que no lo dejaban partir, por su propia protección. Ríos rodeó la red y lo escoltó a la salida para evitarle algún perjuicio. La historia se repetía aunque con objetos de menor tamaño. Posteriormente, el ex número uno del mundo declararía: "El público fue una vergüenza. Una vez más demostró su falta de cultura para ver el tenis. Si castigan al torneo sería justo. Zabaleta tuvo que pedirme que lo protegiera y que saliéramos juntos". Sin embargo el supervisor de la ATP, Tom Barnes, dijo que iba a consignar los incidentes en su informe pero que el torneo seguirá en forma normal hasta el próximo domingo en el balneario chileno. La prensa de ayer coincide en que el triunfo de Zabaleta fue inobjetable, ya que sirvió impecablemente y hasta su segundo saque fue primordial en su triunfo. Por el contrario, Ríos se vio impreciso, desconcentrado y perdió presencia de ánimo ante el murallón infranqueable que fue el argentino. La explicación de lo ocurrido pasaría por la frustración del público local, que jamás ha visto a su Ríos levantar una copa en torneos chilenos y quien desde hace tres años cae en primera ronda. Esta vez su verdugo fue Zabaleta, pero se llevó un castigo por eliminar al ídolo que todos querían ver ganar y seguramente no tendrá el apoyo de las tribunas en sus próximas presentaciones. (DPA)
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