La tarde que entró a robar a una tienda y terminó asesinando al dueño, Raúl Horacio Méndez llevaba puesta la camiseta de la selección argentina de fútbol. Aunque en la huída se la cambió a uno de sus cómplices, varios testigos ya lo habían visto con aquel llamativo atuendo. Este y otros pequeños detalles, como el gorro que llevaba en la cabeza, sirvieron para identificarlo y también para condenarlo por aquel crimen, calificado como "robo seguido de muerte".
El hecho ocurrió alrededor de las 7 de la tarde del 2 de diciembre de 1999 y causó una gran conmoción en la zona donde se produjo. Ese día, Mendez ingresó a una tienda de Regimiento 11 número 884 armado con un revólver y salió enseguida. Adentro estaban Marcelo Luis Svampa y su madre. Casi no tuvieron tiempo de darse cuenta de que era un asalto: apenas comprobó que en la caja había unos pocos pesos, Mendez disparó al pecho de Svampa con un revólver calibre 22.
Muerte en el acto
La víctima murió en el acto mientras Mendez emprendía la fuga. Varios testigos lo vieron salir, todavía con la camiseta argentina. Afuera se encontró con un cómplice que hacía de campana. A él le cambió la camiseta de fútbol por una remera azul y después se subió de prepo a un taxi estacionado frente al hospital Roque Sáenz Peña. El conductor no estaba trabajando: había llevado a su esposa para que la atendieran.
El campana era un menor que fue inmediatamente detenido por la policía. El pibe llevaba puesta, en efecto, la camiseta de bastones celestes y blancos con el escudo de la AFA. Pero él no era el autor del disparo y se lo dijo a los detectives de la Brigada de Homicidios.
Fue la primera pista que condujo hacia el verdadero homicida. El chico habló de un tal King Kong, a quien admitió que conocía. Y dio su descripción física. También contó el detalle significativo del cambio de atuendo.
Después, otros testimonios corroboraron la declaración del menor ante la fiscal Alba Olmos (ahora en Venado Tuerto), entre ellos el taxista al que Mendez obligó a alejarlo del escenario del crimen a punta de revólver. Los testigos hablaron de un sujeto corpulento (Mendez lo es), incluida la madre de Svampa. Además, coincidieron en que el homicida llevaba un gorro azul y en que el delincuente cambió la camiseta de fútbol por la remera azul que llevaba su cómplice.
Antes de este hecho, Mendez ya había protagonizado una tentativa de robo y había ejecutado otro. Por eso fue procesado por los tres delitos y ahora el juez Julio Kesuani acumuló los tres y lo condenó a 10 años de prisión. King Kong tiene 24.